28 diciembre 2007

Nuevo Año: ¿Nuevo Gobierno?

Hugo Maul Rivas
Director Área Económica
CIEN

Dentro de unas cuantas horas el año 2007 habrá pasado a la historia; dentro de unos cuantos días lo mismo habrá pasado con el gobierno de la GANA. Para algunos el 2007 habrá sido un buen año; para otros el gobierno de Berger habrá sido un buen gobierno. Otros muchos querrán olvidar el 2007 o de los cuatro años de Berger para siempre. En términos generales, en materia económica, el año 2007 fue un buen año. Seguramente mucho mejor que el año 2006 y, probablemente, mejor que el año 2008. En términos generales, el gobierno de la GANA parece haber sido un buen gobierno. Seguramente mejor que el de sus predecesores en el poder y, probablemente, igual o mejor que de sus sucesores. Por supuesto, de los sucesores depende probar que todas las expectativas negativas sobre su gestión en el poder están equivocadas.

Está claro que los nuevos gobernantes quieren hacer las cosas de manera diferente. Por ejemplo, en su documento de Política Económica, página 6, sostienen que “no es posible lograr una mejoría en el nivel de vida de los y las guatemaltecas si seguimos haciendo lo mismo que han hecho gobiernos anteriores”. Ahora bien, el simple deseo de hacer las cosas de manera diferente no implica que en la práctica los resultados sean diferentes. Sobre todo mientras no se reforme la estructura básica de incentivos y restricciones que limitan el accionar de los políticos y funcionarios en el poder. Todos ellos, al igual que cualquier ciudadano, hacen, o dejan de hacer lo que las reglas le permiten.

Aunque un cambio de partido en el poder puede resultar sano, mientras no se limite el uso discrecional del poder, no se adopten mecanismos que promuevan la eficiencia y transparencia en el uso de los fondos públicos y no se detecte y castigue oportunamente la corrupción, es difícil que haya cambios fundamentales. Desear hacer las cosas diferentes es condición necesaria pero no suficiente para que en la práctica los resultados sean distintos. Mientras esto no se comprenda no perderá vigencia lo que un personaje de Sartre en “El Engranaje”, el tirano Aguerra, advertía a quien lo deponía del poder: “Tú continuarás mi política. La continuarás porque no es posible otra. No pienses que quiero justificarla, No, tú mismo serás quien la justifique dentro de tres meses, dentro de seis meses”. Sentencia que ya fue usada en esta columna hace más de cuatro año para tratar de moderar las expectativas acerca del cambio de gobierno. Parece que Aguerra tenía la razón .

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