30 marzo 2008

Innovaciones Tributarias

Hugo Maul Rivas
Director Área Económica
CIEN

De nuevas no tienen nada. Ya muchos países han experimentado con ellas en el pasado. Lo único digno de mención es que ahora tales “innovaciones” podrían convertirse ahora en los nuevos signos de los tiempos. Una de estas señales nos llega desde países antiguamente comunistas que buscan promover el desarrollo mediante reformas de corte capitalista. Otra de ellas nos llega desde un país que fue una de las principales potencias del mundo y que gradualmente se ha empobrecido debido a las políticas populistas. El “Flat Tax” se ha convertido con el paso del tiempo el régimen de impuesto sobre la renta preferido por muchos países ex comunistas. El “Tax Revolt” (revuelta tributaria) se ha convertido hoy en Argentina en la única salida que ven los contribuyentes ante la creciente amenaza del populismo de izquierda.

El famoso, y no bien comprendido, “Flat Tax” tiene una lógica simple: tasas bajas combinadas con amplias bases gravables, además, por supuesto, de la simplicidad de cálculo y pago. Países que en el pasado prohibieron la acumulación de capital en manos privadas, buscan hoy promover la inversión mediante instrumentos que distorsionen lo menos posible el funcionamiento de la economía de mercado. Como dijo un pequeño empresario: el impuesto sobre la renta equivale a obligar a empresas y trabajadores a laborar forzadamente para el gobierno durante un determinado tiempo. Por otro lado, las no bien comprendidas revueltas tributarias también tienen una lógica simple: existe un límite para el nivel de esfuerzo tributario que se le puede exigir al contribuyente. La lógica de lo que sucede en Argentina es sencilla, tal y como lo explico un obrero argentino entrevistado al respecto: “de cada seis buques cargados de soya para exportación, el gobierno quiere apropiarse de tres de ellos”. Es comprensible que los agricultores argentinos se nieguen a pagar un impuesto de exportación de casi 50%.

Ambos signos de los tiempos apuntan en la misma dirección: la necesidad de contar con sistemas tributarios simplificados, transparentes, no confiscatorios y producto de un ejercicio democrático legítimo. Tenemos delante de nosotros la oportunidad para hacer reformas que simplifiquen y hagan más eficiente nuestro sistema tributario actual, pero también existe la amenaza de ideas populistas de izquierda que apuntan en la dirección contraria. Aunque estas “señales de los tiempos” provengan de lugares muy lejanos y, en cierta manera, sujetos a condiciones estructurales e institucionales muy distintas a las nuestras, nada nos cuesta “parar la oreja” y poner nuestras “barbas en remojo”.

29 marzo 2008

Tiempo de inseguridad

José Raúl González Merlo
Miembro Junta Directiva
CIEN

La propaganda oficial dice que es “tiempo de solidaridad”. La solidaridad no tiene nada de malo si no fuera porque las prioridades del gobierno se están centrando en lo “fácil”; dejando a un lado su única razón de ser y la prioridad del ciudadano: la seguridad.

El viernes de dolores, por la noche, fue asesinada una joven esposa y madre guatemalteca mientras iba con su marido a recoger a su hijo por carretera a El Salvador. El disparo provino, aparentemente, de una radiopatrulla de la Policía Nacional Civil – PNC - que los venía siguiendo. En medio de la confusión, el esposo llevó urgentemente a su mujer al primer hospital que encontró. La unidad de la policía le siguió a la emergencia del hospital y, mientras él entraba a su esposa mortalmente herida, ellos aprovecharon para robar su bolso y un teléfono celular. Vaya que es tiempo de solidaridad.

Dice el gobierno que hay avances de hasta 60% en su plan de cien días. Que, especialmente, se han dado logros en su política social. Felicitaciones. La realidad es que, teniendo a su disposición todo el presupuesto de gastos de la nación, es relativamente fácil gastárselo en “programas sociales”. El problema es que, la vida del guatemalteco común y corriente ya es insoportable teniendo que lidiar con las maras, los criminales y los narcos, como para agregar a esa lista a la PNC.

Por supuesto que los policías no se volvieron corruptos y asesinos desde el catorce de enero. La corrupción de las fuerzas de seguridad fue una de las “herencias” del gobierno de Berger. Y por supuesto que no todos los policías son así. Claramente hay héroes que han dado su vida en combates contra los criminales. Sin embargo, es evidente que las prioridades de este gobierno están en otra parte menos en la seguridad ciudadana. ¿Cuántos jóvenes más deben ser extorsionados todas las noches por parte de policías? ¿Cuántas madres más tienen que ser asesinadas? ¿Qué será peor: dejar las calles sin “protección policíaca” o continuar con esos patrullajes nocturnos que se han vuelto una fuente de terrorismo institucionalizado?

Le apuesto a que usted conoce, al menos, a una persona que ha sido extorsionada en esas “paradas” que los policías le hacen a uno por la noche. El problema tiene proporciones epidémicas. ¿Y el gobierno? Muy bien gracias. La cosa está tan grave, que ya ni le pedimos al Presidente Colom que combata a los criminales. Con que éstos dejen de ir uniformados de nuestras propias “fuerzas de seguridad” sería un gran avance. A ver si lo pone en la lista de tareas para los siguientes cien días…

27 marzo 2008

No volvamos a la centralización

Verónica Spross
Directora Área Social
CIEN


La participación de los padres de familia en la educación de sus hijos es necesaria y es un factor positivo para lograr mejores resultados en el aprendizaje y en la gestión escolar. El Programa Nacional de Autogestión Educativa, PRONADE, desde 1992, ha venido atendiendo a los niños y niñas del área rural que carecían de cobertura educativa. Su existencia ha contribuido al logro de una cobertura del 96 por ciento en primaria.

La Ley del Presupuesto del Estado2008, aprobada en noviembre de 2007 por el Congreso de la República asignó 300 millones de quetzales para el programa de reclasificación de personal docente. En el artículo 47 de dicha Ley se indica que deberá hacerse una reclasificación progresiva de los docentes del Programa de Autogestión Educativa hacia el renglón presupuestario 011, personal permanente. Se indica que estos recursos constituyen la primera fase de reclasificación del personal docente. Esta decisión tomada por la Comisión de Finanzas del Congreso ha significado centralizar la contratación de los maestros. Así, la función de nombramiento de los docentes por parte de las comunidades y los padres de familia, que era un compromiso de los Acuerdos de Paz fue eliminada por los diputados.

Este es un claro ejemplo de cómo se privilegiaron los compromisos políticos antes que las políticas educativas para el bienestar de los niños y las niñas. Se buscó dar estabilidad laboral a los maestros, en lugar de modernizar la Ley de Servicio Civil para una profesionalización y mejora de todos los trabajadores del Estado. Debemos modernizar el Estatuto Docente para promover la carrera y profesionalización docente, con los incentivos adecuados. Se puede mejorar las condiciones de los maestros, pero sin retroceder hacia un esquema centralizado de gestión educativa. Podemos tomar el ejemplo de Finlandia, donde los maestros son contratados por los directores de cada escuela y estos son elegidos por la comunidad en procesos transparentes y competitivos. Según PREAL, desde 1994 se descentralizó radicalmente la administración escolar y se dio a escuelas y maestros la libertad de establecer sus prioridades de enseñanza. Ahora, los estudiantes de Finlandia se sitúan en el primer lugar de las pruebas mundiales de aprendizaje.

Las escuelas de autogestión actualmente están atendiendo actualmente a 463 mil niños y niñas del área rural, que estudian en 4,682 escuelas, en las cuales los padres de familia han puesto su esfuerzo y su corazón, para lograr que sus hijos tengan posibilidades de estudiar. En la mayoría de las escuelas de autogestión se cumple con los 180 días de clase, a diferencia de las escuelas oficiales regulares que logran entre 125 a 140 días. Asimismo en estas escuelas las niñas asisten en similar proporción que los niños, porque los padres de familia confían en los maestros que seleccionaron. Para los padres de familia, participar en un Comité de Autogestión es un honor; servir a la comunidad se considera como meritorio. No les pesa dedicar tiempo a la escuela de sus hijos.

El Congreso debería reflexionar sobre la autogestión y la descentralización educativa, para fortalecer y fiscalizar el sistema vigente, velando porque los recursos se asignen a tiempo a los comités y fortaleciendo la capacitación a los padres de familia en aspectos como gestión escolar, evaluación y contratación de maestros, en lugar de centralizar el sistema y retroceder dos décadas. Sería mejor que el Ministerio de Educación haga un alto y aclare la incertidumbre generada sobre el futuro de la autogestión. A la par debe comenzar una discusión sobre cómo mejorar las condiciones de los docentes del país, con incentivos claros y vinculando su salario al logro de objetivos de aprendizaje, estableciendo criterios para la evaluación del desempeño docente como sucede en Suecia en donde tienen un pago individualizado por docente. La autogestión es necesaria y los padres de familia deben continuar participando. Busquemos un modelo de descentralización aplicable a nuestro país, pero no regresemos al perverso centralismo que hemos sufrido por décadas.

24 marzo 2008

Otra reforma tributaria

José Raúl González Merlo
Miembro de Junta Directiva
CIEN

El regreso de Semana Santa nos recibió con la noticia de una nueva “reforma tributaria”. Al igual que sus predecesores, el nuevo gobierno dio a conocer los lineamientos generales de su propuesta para modificar los impuestos existentes. Las promesas de campaña se vuelven a romper y el Presidente Colom se prepara para subir los impuestos a los ciudadanos.

Los medios de comunicación han descrito únicamente las generalidades del proyecto. Como quiera que sea, en materia de impuestos, el gobierno, como institución, no tiene credibilidad ni autoridad moral alguna. Desde que tengo memoria, cada gobierno que entra, promueve de una u otra manera, cambios a las leyes fiscales. La excusa es siempre la misma. La recaudación vigente es insuficiente y necesitan recaudar más (¡los ingresos fiscales se han quintuplicado del 1995 al 2007!). Por ello, vuelven a cambiar las normas contribuyendo a la inestabilidad jurídica que tanto daño le hace a nuestro país.

Hoy dicen que van a bajar progresivamente la tasa de impuesto sobre la renta; una medida en la dirección correcta. El problema es que ¿quién se lo va a creer? Casi que, por definición, tanto las promesas de campaña, como las promesas del gobierno, son una mentira declarada. Ya tuvimos una rebaja en la tasa del ISR del 31% al 25%. Poco duró porque, en una de tantas reformas, la tasa volvió a subir al 31%. Es difícil creer que, en esta, como en tantas otras ocasiones, no nos estén dando, de nuevo, “atol con el dedo”.

Es el mismo caso, sólo que al revés, de los dividendos sobre utilidades. Ahora dicen que los van a gravar con un impuesto del 3% a pesar de que los mismos habían quedado exentos de impuestos en una reforma tributaria previa. También dicen que van a eliminar el IETAAP. Sería la cuarta vez que se promete eliminarlo y alguien siempre lo revive. ¿Quién nos garantiza que otro gobierno no lo vuelve a resucitar? Promesas y más promesas incumplidas…

La estructura impositiva guatemalteca puede tener espacio para muchas mejoras. El grave problema es que, aunque éstas fueran en la dirección correcta, carecen absolutamente de credibilidad. Así como se le da al gana a este gobierno pasarlas, así se le dará la gana a otro eliminarlas. Ese es el cáncer que nos mantiene en el subdesarrollo: una crónica falta de estabilidad en las normas y un equivocado enfoque en recaudar más antes de demostrar que lo que se gasta, se gasta correctamente. De seguir así, seguiremos alimentando al insaciable monstruo llamado presupuesto de gastos de la nación en el pésimo marco de inestabilidad jurídica.

23 marzo 2008

Ilusión Cambiaria

Hugo Maul Rivas
Director Área Económica
CIEN

Las variaciones en el tipo de cambio son temas que siempre acaparan la atención del público. Tanto así que muchas veces se genera un gran revuelo por movimientos de cinco o diez centavos hacia arriba o hacia abajo, tal y como ha venido sucediendo en los últimos días. Al punto que pareciera que nos hubiera quedado la fijación mental de la antigua paridad de un Quetzal igual a un Dólar Americano. La cual nos lleva a creer que estas relativamente pequeñas variaciones son equivalentes a depreciaciones del 5% o 10% en el tipo de cambio, cuando en realidad, con un tipo de cambio que oscila alrededor del Q7.60 por Dólar Americano, equivalen a depreciaciones del tipo de cambio de alrededor de un 1%. Variaciones importantes, pero que no debería ser causa de grandes preocupaciones o estar sujeta a profundos análisis.

Más sorprendente que estas pequeñas variaciones resulta el hecho que el tipo de cambio se haya mantenido “pegado” a una estrecha banda de fluctuación durante los últimos años. Esto a pesar que el Banco de Guatemala prácticamente no ha intervenido en el mercado cambiario para mantener un determinado tipo de cambio. Situación que bien podría considerarse como un tipo de cambio fijo “de facto”. Es decir, un tipo de cambio en donde la oferta y la demanda, se materialicen éstas de la forma que se materialicen, mantienen, y se espera mantengan, la cotización del Dólar alrededor del Q7.60 por Dólar. Alrededor significa algunas veces unos cuantos centavos por arriba, otras veces unos cuantos centavos por debajo. Tal y como ha venido sucediendo en las últimas semanas; nada que sea causa de gran sorpresa o que deba desatar grandes análisis acerca del efecto que estas tienen sobre las exportaciones e importaciones.

Por otro lado, si se insiste en analizar los impactos de tales variaciones, habría que tomar en cuenta que cualquier fluctuación en el tipo de cambio, o ausencia de ella, beneficia a unos y perjudica a otros. Una depreciación favorece a los exportadores pero perjudica a los importadores y consumidores. Una apreciación provoca lo contrario. En todo caso, más que preocuparnos por los efectos que el tipo de cambio tiene sobre importaciones o exportaciones, deberíamos preocuparnos por hacer más competitiva nuestra producción de productos exportables.

Ahora bien, si se insiste en analizar las variaciones diarias del tipo de cambio, tal vez sería mejor reconocer que estamos pegados “de facto” al Dólar Americano, y que en el mediano plazo no será mucho lo que le sucede a nuestro tipo de cambio respecto de esa moneda. Pero que, sin embargo, por el hecho de estar “pegados”, así como le vaya al Dólar le irá al Quetzal en los mercados internacionales. Por ejemplo, se hace ruido por un movimiento de cinco centavos en el tipo de cambio Quetzal-Dólar, pero se dice muy poco acerca de la depreciación de más del 20% que el Dólar, y por ende el Quetzal, ha tenido en los últimos meses respecto del Euro.

17 marzo 2008

¿Le Lavo su Carro Don?

Hugo Maul Rivas
Director Área Económica
CIEN

Treinta años lavando carros se dice fácil; las manchas en sus brazos demuestran lo contrario. En el mismo lugar todos los días, de sol a sol y bajo el sol. Sin seguridad alguna de que podrá llevar algo de dinero a su casa; sin certeza alguna de que mañana podrá regresar a su lugar de trabajo. Y por si esto fuera poco, muchos los consideren ladrones por el hecho de trabajar en la calle. A pesar de estos inconvenientes, el Canche, como le dicen, se las ingenió para sacar a sus cinco hijos adelante. Si mal no entendí, dos de ellos ya son graduados universitarios y los otros tres estudian la secundaria. Una historia digna de admiración, que seguramente se repite incontables veces a lo largo y ancho de nuestro país. Millones de personas que, como el Canche o cualquiera de sus amigos de la cuadra, se esfuerzan día a día por salir adelante y ofrecer un mejor futuro a sus familias. Millones de personas cuyas historias permanecen olvidadas simplemente porque les tocó vivir en la marginalidad. Estar al margen no significa, necesariamente, estar en contra la ley. Al menos, no en contra de leyes justas que busquen promover el bienestar general mediante el respeto de los principios que rigen el intercambio libre y voluntario. A lo mejor sí, en contra de leyes y reglamentos ilegítimos, injustos e infuncionales dadas las particularidades de nuestro sistema económico.

Aunque hacer negocios en Guatemala nunca ha sido fácil para nadie, llámenese empresarios formales o informales, micro o grandes empresas, comerciantes o productores. La diferencia radica en que algunos de ellos, sobre todo los grandes y medianos empresarios formales, tienen la capacidad de hacer oír su voz ante las autoridades y de vez en cuando sus sugerencias son tomadas en cuenta. Los micro y pequeños empresarios, sobre todo informales, usualmente carecen de esos mecanismos. Las autoridades generalmente no quieren saber nada de ese tipo de negocios. Negocios que, a pesar del disgusto de muchos alcaldes, permiten que millones de personas se ayuden a sí mismos para salir de la pobreza o, al menos, para no pasar a engrosar las filas de quienes demandan del Estado soluciones inmediatas a todos sus problemas. Empresarios informales como el Canche, generalmente, sólo reciben persecución y amenazas por parte de las autoridades. Y aún así, la mayoría de ellos se las ingenia para sobrevivir, mandar a sus hijos a la escuela, apoyar a sus compañeros y, sobre todo, para satisfacer a sus consumidores. ¿Cuánto más no podrían hacer si los tomaramos en cuenta? No puedo recomendar que lleven sus carros a lavar a donde el Canche. No vaya ser que algún funcionario municipal de esa ciudad decida prohibir el estacionamiento de vehículos en esas calles.

10 marzo 2008

¿Ha dónde ha ido el empleo?

Lisardo Bolaños Fletes
Investigador Asociado
CIEN

“No hay empleo”. La primera vez, lo dijo una comerciante; la quinta vez, un estudiante. Esta oración fue repetida varias veces en grupos focales Guastatoya, pero no es el único lugar de la República donde la he oído. No es sencillo encontrar buenos empleos, lo cual lleva a 1 de cada 2 trabajadores guatemaltecos al auto-empleo.

Si acudiéramos a nuestra legislación nos daríamos cuenta que su reclamo tiene consecuencias jurídicas importantes porque el Estado de Guatemala estaría violando el “derecho al trabajo” de más de dos millones de personas. Sin embargo, esa línea argumentativa resulta improductiva. Debemos comprender la naturaleza del reclamo y qué acciones podemos emprender.

Lo primero que debiéramos comprender es que la gente no quiere empleos, lo que la gente quiere son oportunidades para desarrollarse económicamente. Sin embargo, como tenemos una cultura que valora muy poco la empresarialidad, lo que se piden son empleos. Muy pocos padres empresarios (que venden desde su casa batidos o recipientes plásticos, o que tienen su tienda o su puesto de venta en el mercado) promueven el espíritu empresarial en sus hijos. Los alientan a estudiar para que puedan encontrar empleos, no para ser mejores empresarios. Estamos formando a os mejores jóvenes para tener sueños pequeños.

Ahora bien, esto no es o único que debemos comprender, también es cierto que carecemos de un ambiente que promueva la empresarialidad. Varios empresarios me han expresado que la inseguridad y la falta de visión de los políticos (a nivel local y nacional) los ha llevado a creer que “el sistema está hecho para cortarle cabezas a toda empresa que esté creciendo”. No pueden ver una empresa que va creciendo, porque empiezan a sufrirse robos o acoso por parte de las autoridades, siendo uno de los principales acusados la misma Policía Nacional Civil.

Parece que las autoridades no logran darse cuenta de las necesidades del impacto que puede tener la promoción de la empresarialidad dentro de sus jurisdicciones. La colaboración puede cobrar muchas formas, desde caminos vecinales hasta el apoyo para el establecimiento de sistemas de riego; desde fortalecer la seguridad hasta repensar la arquitectura de los mercados.

Es cierto, hay pocos empleos, pero también es cierto que tampoco promovemos la empresarialidad.

Inútil Guerra

José Raúl González Merlo
Miembro Junta Directiva
CIEN

Los pueblos de Ecuador y Venezuela no ven beneficio alguno de una guerra con Colombia. Tienen razón. Una guerra como la que se podía haber desatado solamente hubiera dejado más pobreza, destrucción y muerte. Esa tuvo que haber sido la principal razón para mantener la paz. Aunque debió haber ayudado que el contenido de las computadoras incautadas a la guerrilla colombiana se mantuviera en secreto…

Violar la soberanía territorial de otro país es una buena excusa para iniciar una guerra. Uribe se expuso a ello al ordenar el bombardeo de territorio Ecuatoriano. El único problema es que no se estaban destruyendo objetivos ecuatorianos. Se destruyó un campamento guerrillero colombiano cómodamente instalado en Ecuador… Enfrentado a esa realidad, Correa tuvo que hacer toda clase de pantomimas políticas, diplomáticas y militares para no caer en el ridículo nacional. Por su parte, Hugo Chávez también hizo lo suyo para no perder protagonismo mientras que Daniel Ortega hizo el ridículo por meterse de shute. La OEA pudo aliviar las tensiones iniciales y una cumbre presidencial en República Dominicana contribuyó a terminar con la crisis abortando la posibilidad de una guerra regional. ¿Cómo fue que prevaleció la razón?

Creo que en buena medida, la integración comercial fue el principal factor por el cual no se dio la guerra. Cuando los países son tan interdependientes económicamente, ello se traduce en casi una garantía para la paz. No tiene sentido destruir a un enemigo que es cliente y proveedor a la vez. Hasta Hugo Chávez entiende que no dejar entrar carne colombiana afecta tanto a los ganaderos colombianos como a los consumidores venezolanos. Una guerra que suspendiese el comercio entre Colombia y Ecuador, posiblemente, hubiera hecho más daño que la misma destrucción militar. El costo de oportunidad de una guerra es altísimo gracias a los beneficios del comercio.

Sin embargo, creo que tuvo que haber habido algo más para que todo mundo entrara tan rápido en razón. Para mí, es razonable especular que el contenido de las computadoras del número dos de la guerrilla colombiana debe haber sido tanto o más valioso que su mismo asesinato. Seguramente nunca conoceremos esa información. Pero Chávez y Correa “tienen la cola machucada” por su evidente alineación ideológica con las FARC. Divulgar pruebas comprometedoras de su complicidad con el peor grupo terrorista latinoamericano habría supuesto un grave problema para ambos. Así que la mejor solución, para todos, fue enterrar rápidamente el incidente. Comparto ese criterio. La paz es mejor que la guerra.

09 marzo 2008

Guatemala y la Recesión

Hugo Maul Rivas
Director Área Económica
CIEN

Si Estados Unidos estornuda a Guatemala le da pulmonía”. Aunque algo de cierto tiene esta afirmación, no todos los estornudos son iguales. Algunos son producto de influencias externas y otros de nuestros propios males. En este momento todavía no existe un consenso acerca de la gravedad y posible duración que puedan tener los problemas económicos en E.U.A. Por tanto, deberíamos preocuparnos también por lo que estamos haciendo internamente. Lo único que se sabe es que mientras más prolongado y profundo sean dichos problemas, más complicada la situación para países como el nuestro y más urgente la necesidad de un buen manejo macroeconómico interno.

Aunque nadie niega los problemas de la economía norteamericana, todavía no se sabe que te graves son. George Soros, el conocido financista internacional, por ejemplo, sostiene que la economía de E.U.A. está ya en una recesión y que la crisis financiera que padecen es la más grave de la Posguerra. Por otra lado, algunos economistas prestigiados, como Martín Feldstein, director de la Oficina Nacional de Investigación Económica, sostienen que la economía norteamericana no se encuentre actualmente en recesión, pero aceptan que existe un alto riesgo que las cosas cambien para mal. Otros expertos, como Paul Krugman, sostienen que el riesgo más grande es el de una crisis de confianza. Al punto que a pesar de que los fundamentos económicos no estén tan deteriorados, tal crisis de confianza podría disparar lo que se conoce como una “profecía autocumplida”.

Las perspectivas de crecimiento económico para el 2008 han sido reducidas. El empleo ha observado una contracción, siendo el sector de la construcción el que más ha sufrido. La inflación continúa siendo un riesgo latente para la economía norteamericana. La depreciación del Dólar en los mercados internacionales ha superado todas las previsiones. En la medida que esta situación continúe es de esperar que caigan, o no crezcan tan rápidamente, el nivel de remesas y la cantidad y poder adquisitivo de las exportaciones de Guatemala. Si a esto se suma el riesgo de que las nuevas autoridades norteamericanas adopten políticas proteccionistas en el ámbito comercial y migratorio, la situación podría complicarse aún más. En todo caso, lo importante es reconocer que dichos problemas pueden sobrellevarse localmente con una política económica coherente y consistente con este nuevo entorno. De lo contrario, como ya ha sucedido tantas otras veces, más que víctimas del contexto internacional terminaríamos siendo víctimas de nuestra propia falta de juicio o falta de moderación.

03 marzo 2008

¿La Primera Victoria?

José Rául González Merlo
Miembro Junta Directiva
CIEN


Joviel Acevedo sufrió su primera derrota recientemente. Un juzgado de trabajo autorizó que el Ministerio de Educación le despida ante el incumplimiento de sus deberes como “maestro”. Sin embargo, es prematuro festejar el mencionado fallo. Todavía tienen que pasar muchas cosas antes que el personaje más nefasto para el futuro de millones de niños salga de la escena nacional; si es que esto llega a ocurrir del todo...

La noticia del fallo desfavorable le cogió en Nueva York (¿qué tal?). El Sr. Acevedo tuvo que regresar a enfrentar las malas noticias. Y lo hizo como sólo él lo sabe hacer: despotricó e insultó a los funcionarios del MINEDUC; promovió otro paro de labores acompañado de una manifestación y amenazó con movilizar el apoyo internacional. Joviel lució notoriamente molesto (quién no lo estaría si lo hacen regresar de semejante colazo). El no está acostumbrado a cumplir con la ley o a sentirse limitado por ella. El está por encima de esos y muchos otros “detalles”. Sin embargo, por primera vez ha tenido que probar el amargo sabor de la derrota.

Derrota que tomó años en llegar. Pero, seguramente, las diferentes instancias legales, que aún tiene a su disposición, permitirán que Joviel se mantenga como dirigente magisterial otros tantos años más antes de que se le pueda despedir. Y eso, en el mejor de los casos. La tibia respuesta de la Ministra de Educación frente a otro paro y una nueva manifestación es pobre presagio. Dice el MINEDUC que no se tomará la molestia de sancionar a los maestros que hayan dejado botados a los patojos para ir a manifestar por Joviel. Difícilmente una administración socialdemócrata buscaría sancionar a un sindicalista. No les extrañe que, en apelación, el gobierno decida continuar alcahueteándoles las travesuras y, mejor, desista de la demanda en esa instancia. Está por verse si este gobierno está interesado en defender los intereses de los educandos o los de los sindicalistas.

Lo cual quiere decir que Aceveco y compañía tienen aún suficiente tiempo para terminar de negociar el pacto colectivo de condiciones de trabajo con el MINEDUC. Y con ello, dejar que su abogado (que es hermano de la Primera Dama) cobre aquellos treinta y cinco millones de quetzales de “honorarios legales”. Si eso llega a ser el caso, la más reciente derrota legal podría ser endulzada con lo que les corresponda a los dirigentes magisteriales luego de repartirse el mencionado botín. Que caro es el precio que los niños guatemaltecos, y toda la nación, tenemos que pagar cuando nuestro futuro educativo es rehén de la dirigencia sindical magisterial.

02 marzo 2008

Generación de Empleo

Hugo Maul Rivas
Director Área Económica
CIEN

“Se hace lo que se puede. Por acá no hay mucho empleo. Si tuviéramos que pagar el salario mínimo y las prestaciones de ley ya no saldría el negocio”. Así explicaba un agricultor la situación que viven cientos de miles de campesinos y trabajadores en el área rural de Guatemala. Aunque nuestra economía genera empleo, la mayoría de éste no llega a convertirse en empleo formal; no se gana el salario mínimo, no se reciben los beneficios que la ley laboral indica ni se trabaja de manera continua suficiente tiempo para generar mejores ingresos. Esta escasa capacidad de generación de empleo formal de nuestro sistema económico, y del arreglo institucional prevaleciente, son dos de las principales causas que explican el creciente aumento del sector informal, los procesos migratorios, el sub-empleo y los niveles de pobreza.

Las relativas bajas tasas de crecimiento económico observadas en las últimas décadas, sumadas a las bajas tasas de capitalización (físico y humano), el limitado crecimiento de la productividad y de la tecnología, han dado como resultado que la demanda por trabajadores formales no sea capaz de absorber el crecimiento vegetativo de la población. Aunque en aquellos períodos durante los cuales la economía ha experimentado tasas de crecimiento relativamente elevadas, el empleo formal ha aumentado, durante las épocas de crisis el empleo formal se ha reducido más rápidamente que la economía. En promedio, por cada punto de crecimiento que se expande la economía, el empleo formal crece menos que proporcionalmente. Es decir que el aparato productivo formal requiere cada vez de menos empleo formal para sostener las mismas tasas de crecimiento que antes. Lo cual implicaría tasas de crecimiento económico mucho más elevadas para generar una expansión en el empleo formal capaz de reducir gradualmente el sub-empleo, desempleo e empleo informal. No se diga nada de la necesidad de que dicho proceso deba ser sostenido a lo largo del tiempo.

Si bien la capacidad de generar empleo formal a partir del crecimiento económica es baja a nivel agregado, a nivel sectorial se observa que el comercio y los servicios han mostrado una capacidad de generar empleo más rápidamente que el resto de la economía. Capacidad que se explica, en parte, por el nivel relativamente bajo de salarios en dichas actividades económicas. Situación nada alentadora a largo plazo. Sin mayor acumulación de capital físico y humano, mejor infraestructura, física e institucional, mayores niveles de competencia en sectores claves de la economía y mayor flexibiidad en la regulación laboral, es difícil creer que el empleo formal pueda crecer rápidamente en Guatemala. El crecimiento económico ayuda, pero no lo puede resolver todo.