22 enero 2007

¿Protección a los desvalidos?

Hugo Maul Rivas
Director Área Ecoónmica
CIEN

Este mismo título, sin signos de interrogación, utilizó Prensa Libre en su editorial del pasado 19 de enero. ¿Protección a los desvalidos? ¿Acaso nos protege de los ladrones? ¿O de los asesinos? ¿O de enfermedades que pueden prevenirse? Si no puede con lo más básico, parece probable que con lo más difícil. Menos aún con cuestiones tan complicadas como las quiebras de bancos. Contrario a lo que sostiene dicho editorial, las dudas acerca de la capacidad que tiene el gobierno de protegernos no son “elucubraciones… muy fáciles de esgrimir cuando no se ha sido víctima de una tragedia de semejantes proporciones”, sino un cuestionamiento acerca de la capacidad efectiva del gobierno para ejercer la supervisión financiera.

Pretender sanar las heridas con bálsamos como un “seguro estatal para responder cuando ocurren problemas tan graves como los que ocurren ahora en Guatemala…, mecanismos de control para evitar en lo posible que personas sin la suficiente catadura moral lleguen a tener acceso a fondos provenientes de los ciudadanos…, [que] el Banco de Guatemala deba cubrir a las personas que fueron engañadas…, [el] total control de los bancos fuera de plaza, y de cualquier otra clase de institución financiera”, tal y como sugiere el referido editorial, sin tomar en cuenta los límites de la capacidad supervisora del gobierno, equivale a creer en “remedios mágicos”. Remedios contra los cuales no tengo nada en particular, siempre que funcionen y no sean tan costosos. Lo cual, no parece ser el caso de la función supervisora del gobierno en materia financiera en lo que va de este siglo; ajustando los datos por la inflación, dicha función nos ha costado más de Q 4,000 millones en quiebras bancarias durante ese periodo.

Por más interesantes, bien intencionadas y fundamentadas que estén dichas propuestas, si no se toma en cuenta el poder limitado que tiene el gobierno para llevarlas a cabo, y los incentivos que dichas propuestas generan sobre ahorradores y banqueros, las mismas no pasan de ser buenas intenciones. Creer que el gobierno, cual dios todopoderoso, puede protegernos de todo riesgo en el ámbito financiero es una pura ilusión. Si ni siquiera puede cumplir a cabalidad sus funciones más básicas, es poco probable que el gobierno pueda protegernos de asuntos como las quiebras bancarias. Posición que no debe confundirse con una simplista negación de la posibilidad y/o necesidad de la regulación financiera, sino como una reflexión acerca de los poderes que generalmente atribuimos al gobierno. Ya que, como ha quedado demostrado hasta la saciedad, el gobierno no es capaz siquiera de proteger a la gente común y corriente de las amenazas más básicas.

Masa, Banca y Seducción


Mario A. Cuevas, MSc
Director de Investigaciones Financieras
CIEN


“Huyen todos juntos porque así se huye mejor… Mientras estén juntos, percibirán el peligro como algo repartido… Como el movimiento unitario apunta a la salvación de todos, cada cuál se halla firmemente convencido de que la alcanzará.”

Elías Canetti, Premio Nobel de Literatura 1981

El principal fenómeno que ocurre en un grupo de personas cuando estos descubren que comparten una amenaza común es el deseo de unirse, de unirse en la fuga. En la masa nos sentimos protegidos, nuestra fuerza parece multiplicarse y sentimos que somos capaces de escapar de los depredadores que están al acecho. Normalmente, las masas de fuga se forman como respuesta a la percepción de un peligro físico común, por lo que la proximidad física de otros nos resulta reconfortante como individuos. Ahora bien, las masas de fuga no son necesariamente resultados de peligros físicos ni requieren la inmediata proximidad física para constituirse.

La percepción de que existe un importante peligro latente—una amenaza en el sistema bancario guatemalteco—ha creado una masa invisible que invita a huir,…invita a que huyamos todos juntos. La masa se conforma no por proximidad física, sino por proximidad en la comunicación. En efecto, la masa nace y crece a través de comentarios y rumores que se retroalimentan mutuamente.

Cabe notar que la mayoría de tipos de masas no tienen una tendencia propia, por lo que la masa responde a otros factores para encontrar su camino. Una característica importante de la masa que huye de una amenaza es que sí tiene una dirección propia: nos invita a huir juntos. Cualquier intento por disolver la masa de fuga mediante la aplicación de la fuerza o instrumentos que infundan temor no puede sino fortalecerla, pues cada quien se convencería aún más de la necesidad de refugiarse en la masa.

Por las particulares circunstancias que han llevado a la actual situación de temor con respecto a las condiciones reales de la banca guatemalteca, la difusión de información contable-financiera que resulta de difícil interpretación resulta contraproducente, en la medida que dicha información incrementa la sensación de impotencia del individuo, su percepción de vulnerabilidad y en consecuencia, su deseo de acercarse aún más a la masa en fuga. En efecto, la información contable y financiera se ha convertido por sí misma en una cara más de la amenaza, en un verdadero símbolo del fraude.

Asimismo, por la peculiaridad de las circunstancias que llevaron al país a una situación de vulnerabilidad financiera, la autoridad pública no sólo no representa un factor de seguridad para el público sino que es fuente de desconfianza y símbolo de abandono. En efecto, la masa considera que la autoridad pública no es sino un brazo más de la amenaza invisible, que le interroga y oprime ofreciendo a cambio nada excepto promesas quebradizas.

Al tener dirección propia, el tipo de masa que se ha conformado en la actualidad puede causar mucho daño al sistema financiero y a sí misma, aún en la ausencia de liderazgo u organización explícita. No obstante, los liderazgos que nacen dentro de la masa y que buscan fortalecer la percepción de la amenaza pronto encuentran eco. Por el contrario, los liderazgos que buscan disminuir la importancia de la amenaza se interpretan inmediatamente en una cara más de la amenaza, una razón más para la fuga. Las teorías de la conspiración comunicadas en constantes rumores persuaden a la masa de que cualquier liderazgo que busque convencerles de que todo está bien y no hay nada que temer es, en efecto, parte del peligroso monstruo del que la masa huye despavorida.

La masa opera a un nivel personal, prácticamente íntimo, y su fuerza yace en el carácter irracional de la naturaleza humana. En esa realidad, la realidad del inconsciente colectivo, sólo operan arquetipos milenarios y no reglas contables, financieras o económicas de reciente creación. Los economistas hablamos de los “equilibrios de expectativas” pero raras veces explicamos el proceso de formación, gestión y control de las expectativas de los individuos. La masa es, entre otras cosas, un mecanismo espontáneo y autorregulado de formación, gestión y control de las expectativas. La fuga es un equilibrio dinámico dominado por factores irracionales.

Para enfrentar y resolver la situación actual de vulnerabilidad de la banca nacional se necesita entender la bisagra que une a las finanzas con la psicología de las masas. Esa bisagra es el “equilibrio de expectativas”. Si dicho “equilibrio de expectativas” confluye hacia la estabilidad bancaria, la vulnerabilidad bancaria disminuye. Si el “equilibrio de expectativas” invita a huir de la banca, la vulnerabilidad de ésta se incrementa. Al ser una bisagra, el manejo de las expectativas requiere dominar simultáneamente los aspectos racionales e irracionales de la situación.

Una campaña publicitaria y de comunicación en favor de la estabilidad de la banca puede ser una iniciativa sana. No obstante, si la campaña tomara un carácter distante, frío, impersonal y exageradamente corporativo, los resultados podrían ser contraproducentes. En efecto, la campaña podría tornarse en un tentáculo más de la amenaza subyacente en la psicología de la masa que ya está en disposición de huir.

La clave del éxito está, por tanto, en llegar a la masa “desde adentro”, desde lo íntimo, desde la propia fuente de fortaleza de la masa. De la mano de una campaña publicitaria y de comunicación se requiere también, como requisito esencial para el éxito, de un liderazgo personal y activo por parte de los responsables de la banca nacional. Normalmente la autoridad pública podría jugar un papel activo en la conformación del liderazgo, pero en las circunstancias actuales, la presencia de la autoridad pública sería autodestructiva para la campaña de liderazgo.

Los líderes de la campaña no sólo no deben presentarse como una amenaza para el público sino que deben apelar a lo íntimo, a lo secreto, a los temores y resquemores que nos aquejan. Deben presentarse como personas, con valores sólidos y un compromiso con el bienestar colectivo. Deben transmitir el dominio que ellos como personas ejercen sobre el monstruo impersonal corporativo y convertirse ellos mismos en imagen del individuo soberano que domina a la bestia. Por identificación, los individuos que conforman la masa sentirán que adquieren poder, aunque sea indirecto, sobre la amenaza. La corporación dejará de ser dragón y será vista nuevamente como un animal útil y productivo que ya ha sido domesticado por un hábil, competente y bienintencionado líder, y que por tanto, no representa amenaza alguna. La masa de huida habrá llegado a su fin.

Para lograr el cometido de la campaña de liderazgo, es necesario que el arquetípico banquero se apersone, se identifique con la doncella temerosa y domine ante ella al dragón. Un caballero jamás aplicaría su fuerza a la dama sino que más bien la seduce, enciendo en un genuino acto de heroísmo al enemigo que la amenaza. El banquero mismo—no la corporación—es el castillo inexpugnable que la doncella busca para su seguridad. Tal vez la masa sea una niña que corre con miedo a lo desconocido, en busca de los brazos cariñosos que le den seguridad. Cabe notar que las metáforas de la niña y la doncella no son arbitrarias, pues en la psicología de masas se reconoce que éstas actúan como arquetipos femeninos.

Citando al filósofo Robert Nozick en su obra “La Naturaleza de la Racionalidad”:

¿Por qué debemos actuar en una situación particular sobre la base de lo [formalmente] probable? Los recursos de la racionalidad disponibles hasta el momento no ofrecen una respuesta satisfactoria.

Normalmente, los economistas estamos acostumbrados a resolver los problemas con la frialdad de los números, mirando estados financieros y analizando minuciosamente la normativa vigente. Sin embargo, en el “equilibrio de expectativas” en que nos encontramos, la atención debe centrarse en los aspectos humanos de las expectativas. La coyuntura nos exige una metamorfosis a los economistas y banqueros: debemos quitarnos las máscaras profesionales y proyectarnos como personas íntegras.

Mientras la masa teme a lo desconocido, el enmascarado teme ser desenmascarado. La doncella necesita al mismo tiempo un héroe al que admirar y una persona concreta en quien confiar. Puede afirmarse que, para lograr la reubicación del equilibrio de expectativas en la senda de la estabilidad, el banquero debe ser tanto héroe como seductor. Primero persona, luego banquero.

16 enero 2007

Debate sobre cómo salir de la crisis

Lisardo Bolaños Fletes
Invetigador Asociado
CIEN


Aun no he logrado cobrar el cheque de mi aguinaldo”. Era 13 de enero. Era una madre de familia desilusionada porque no logró darle a sus hijos la navidad deseada. Era una madre de familia angustiada por el inicio de clases y los gastos que ello representa.

Mejor dejaron las cosas en la acera y se regresaron a su pueblo”. Era 26 de diciembre. Era un periodista que me contaba lo que sucedió con muchos comerciantes informales que vinieron a la Capital a vender fruta. Para algunos, la reducción en las ventas sólo fue de un 40%, para otros ni siquiera salían las cuentas para pagar el flete de regreso.

La crisis de falta de billetes generada por las autoridades monetarias del país han tenido graves repercusiones y no se ve capacidad inmediata para resolverla. A ello sumemos la desconfianza creciente en el sistema financiero con los casos Bancafé y Banco del Comercio, el ataque especulativo contra G&T Continental y los constantes rumores que persisten, todo ello aunado a la incapacidad de las autoridades para recuperar la confianza y dar una solución rápida al problema.

La verdad, me siento indignado y furioso. Pero esos sentimientos de nada sirven si no logran transformarse en propuestas, no sólo orientadas a que las autoridades sufran las consecuencias de sus errores, sino también propuestas sobre cómo solucionar la situación actual que afecta principalmente a los guatemaltecos sin posibilidad de acceder al mercado crediticio.

Si la crisis de billetes fuera a solucionarse con la inyección de Q80 millones que entrarán a partir del 15 de enero... pues uno debiera suponer que dicha “crisis” no era tan grave. Sin embargo, de las pláticas que he mantenido con distintos macroeconomistas de distintas instituciones, parece que dicha cantidad es insuficiente. Además, tomando en cuenta que la decisión de adquisición de billetes se tomó entre septiembre y octubre del año pasado, antes de los problemas financieros, uno podría esperar que los problemas monetarios guatemaltecos podrían llegar a durar varios meses más. Simplemente, porque un sistema financiero donde no hay confianza, requiere una mayor cantidad de billetes.

¿Existen soluciones alternativas? ¿Debiéramos quedarnos cruzados de brazos?

¿Debiéramos ignorar cómo miles de guatemaltecos sufren con no tener dinero, a pesar de trabajar arduamente?

Definitivamente no y me gustaría que este artículo, más que un menú de propuestas, promueva la discusión sobre medidas alternativas. Por ello, me gustaría empezar con una propuesta suponiendo que vamos a tener que sobrevivir varios meses más con estos problemas.

A mi juicio, el Banco de Guatemala debiera de empezar a enmendar sus errores aprendiendo de (y no negando) las acciones de muchos guatemaltecos, que ahora prefieren demandar dólares y no quetzales. Como algunos bancos no han tenido quetzales, algunos guatemaltecos han optado por solicitar dólares para pagar sus compromisos. Es decir, el Banco de Guatemala debiera buscar la manera reducir la demanda por quetzales (que hoy son escasos) y motivar la demanda por dólares (aprovechando los más de US$ 4 mil millones que mantiene el Banco de Guatemala en sus reservas).

Para ello, se requeriría aproximarse al sector financiero para poner a su disponibilidad dólares en sustitución de los quetzales ausentes, incluyendo dólares en los cajeros automáticos (lo cual incluirá un cambio veloz en sus sistemas informáticos). Claro, el beneficio es que podrán contar con disponibilidad inmediata para honrar sus responsabilidades.

Asimismo, se requerirá una campaña publicitaria fuerte (no sólo radio y televisión, sino también labor “hormiga”), para informar a la población (consumidores y empresarios) sobre el cambio y cómo poder realizar

Algunos no les gustará esta solución porque suena a dolarización, aunque formalmente no lo sea. A otros, les dará temor la posibilidad de que esto signifique una depreciación del quetzal, afectando a los importadores. El punto será ponderar qué tan importante son estos argumentos frente a la crisis económica que afrontan los guatemaltecos, especialmente la clase media y la clase pobre. Especialmente, si no se hace nada y la incapacidad de generar soluciones se mantiene.

Me encantará leer, no sólo críticas, sino propuestas alternativas.


15 enero 2007

¿Corralito o Crisis Fantasma?

Hugo Maul Rivas
Director Área Económica
CIEN


Mi colega Mario Cuevas lo denominó “corralito fantasma”. Para los que no estén familiarizados con dicho término, en Argentina se “denominó corralito a una restricción a la extracción de dinero en efectivo de plazos fijos, cuentas corrientes y cajas de ahorro impuesta por el gobierno en el 2001. El objetivo que se perseguía con estas restricciones era evitar la salida de dinero del sistema bancario, intentando evitar así una corrida bancaria y el colapso del sistema” (tomado de http://es.wikipedia.org/wiki/Corralito). Legalmente en Guatemala, de jure, no hemos llegado a un dicha situación, sin embargo, de facto, estamos sufriendo las consecuencias de algo muy parecido. Millones de guatemaltecos se han visto imposibilitados de disponer de sus depósitos bancarios como mejor les parezca. Lo que los ha obligado a utilizar medios electrónicos de pago, buscar efectivo como quien busca agua en el desierto, pedir fiado, dejar de pagar las deudas o simplemente resignarse ante la adversidad. Para todos ellos la situación actual de fantasmal no tiene nada, aunque legalmente no sea un corralito.

Para tratar de entender lo “fantasmal” en la referencia de Cuevas, es necesario acudir al diccionario de la RAE, el cual define a un fantasma como una “visión quimérica como la que se da en los sueños”. Es decir, una visión ““fabulosa, fingida o imaginada sin fundamento”. En el caso nuestro, lo fantasmal del asunto puede deberse a la actitud con que algunas autoridades afrontan los problemas. Como queriendo dar a entender que todo está bajo control, que no hay nada que temer; el fantasma del FOPA puede rescatar a todos o las fabulosas intervenciones del gobierno pueden salvar a muchos banqueros poco cuidadosos y, quien sabe, sino mal intencionados. Como queriendo dar a entender que todo ha sido producto de la mala suerte; que la regulación ha funcionando perfectamente y que la solvencia del sistema está garantizada. Lamentablemente, aunque las autoridades tuvieran razón, cada vez es más difícil creer en lo que dicen y en lo que hacen. Aunque el optimismo oficial fuera completamente fundado, la rápida erosión en la credibilidad de las autoridades dificulta convencer al público acerca de la “normalidad” de la situación. Pérdida de credibilidad que, por sí misma, es capaz de agravar cualquier problema. Y de haber razones fundamentales, la falta de credibilidad es capaz de desatar una crisis. Las autoridades monetarias están jugando con fuego y saben las consecuencias de ello. Esperemos que no se quemen en su juego porque los “chamuscados” seremos los demás.

¿Eutanasia o Genocidio Monetario?

Mario Cuevas, MSC
Director Área Financiera
CIEN

Llaman poderosamente la atención los comentarios de las autoridades publicados el domingo 14 de enero del 2007 (páginas 10 y 11) en Prensa Libre, explicando que no hay pérdida de confianza en el sistema bancario y que esto se evidencia en que después de la liquidación del Bancafé los depósitos "subieron" un porcentaje importante (13% en poco más de un mes).

El funcionario obvia mencionar que de facto se han impuesto restricciones a los retiros en efectivo, acorralando así la liquidez dentro del sistema bancario. Por tanto, el efecto anunciado con orgullo no es sino reflejo del corralito que ellos mismos han impuesto, como respuesta a la desconfianza previamente manifestada por el público.

El elevado nivel de desconfianza del público hacia el sistema financiero está documentado en la misma edición de Prensa Libre. “La Encuesta: Tercer Año de Gobierno” publicada el domingo por Prensa Libre (página 6) revela que más del 80% del público dice confiar “poco o nada” en el sistema bancario.

Cabe lamentar que en este caso el remedio sí resulta peor que la enfermad. La credibilidad de las entidades financieras está sufriendo como resultado directo del agotamiento e inoperancia de las autoridades. Particularmente, la falta de transparencia en el caso Bancafé se ha combinado letalmente con la negligente falta de billetes para erosionar dramáticamente la confianza del público en sus bancos.

Pareciera que las autoridades están queriendo incursionar en el nuevo campo experimental del exterminio monetario-financiero en masa. Como ni los bancos ni el público están complacidos con el exterminio impulsado desde arriba, el término aplicable al exterminio es el de genocidio monetario-financiero, aunque las autoridades quieren que creamos que es pura eutanasia.

El intento de las autoridades de “reinterpretar” la realidad pretendiendo que la desconfianza simboliza confianza armonizaría con el estilo propagandístico de algún movimiento totalitario y hasta podría funcionar si el Partido monopolizara el derecho de interpretar la realidad en nombre del pueblo. En una democracia, no obstante, el público conserva el derecho de interpretar la realidad libremente y de actuar sobre la base de su interpretación soberana.

Además, el público no está obligado a explicar las razones de su desconfianza a la autoridad, pero la autoridad sí debería rendir cuentas por los resultados de su gestión.

Cabe recordar que hace algunas semanas las autoridades también habían expresado que para paliar la crisis de efectivo el público podría emplear tarjetas plásticas o cheques, como si las paupérrimas masas que conforman la nación tuviesen acceso a tan modernos medios de pago. Recordemos que “si no hay pan, pues que coman pasteles” es la famosa frase que pronunciada desde la comodidad palaciega anunció y también precipitó el desmoronamiento de la monarquía en Francia.

Hoy, no hay confianza. Hoy, no hay efectivo. Hoy, no hay pan ni pasteles. ¿Hasta cuándo resistirá la nación el ocaso de las instituciones a cargo de las políticas públicas? ¿Hasta dónde llegará el exterminio monetario-financiero de la nación?

11 enero 2007

Meditaciones en torno al IDH-2005 Guatemala

Lisardo Bolaños Fletes
Investigador Asociado
CIEN

El 31 de mayo de 2006 se llevó a cabo la presentación del documento “ Diversidad Étnico-Cultural: La Ciudadanía en un Estado Plural ” del Índice Nacional de Desarrollo por Karen Slowing, Héctor Morales, Edelberto Torres y Gustavo Arriola del PNUD. En dicho evento también se contó con la participación de un panel de expertos conformado por el licenciado Richard Aitkenhead, Comisionado Presidencial para el Seguimiento del Plan de Nación; el licenciado Fernando Rubio de USAID; y Lisardo Bolaños, el autor del siguiente artículo, que presentó ese día.


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Mi intervención quiero enfocarla en las conclusiones políticas a las cuales llega el Informe de Desarrollo Humano 2005.

El IDH 2005 se fundamenta en la dicotomía “indígena y no-indígena” como principal fuerza argumentativa que, de antemano, determina su recomendación: es necesario promover las “identidades étnicas”, los “etnociudadanos”, para lograr un proyecto político que pueda generar la inclusión y el desarrollo añorado por lo guatemaltecos.

Según el IDH, parece que el modelo de “nación política”, aquella que habla de igualdad ante la ley y de derechos mínimos inalienables fracasó rotundamente en Guatemala. Este ha sido el Estado que desde 1871 a la fecha, sólo ha generado exclusión.

Por eso, promueven la idea de la nación cultural, que se fundamenta en características culturales homogéneas. Por ejemplo, los Mames podrían conformar una nación cultural; o según algunos, los Mayas podrían conformar una nación cultural. El vicio en el que se cae, según mi lectura del Informe, es el doble discurso. Se quiere promover la nación cultural, la identidad étnica, pero en el fondo, ni el propio PNUD cree en la misma. Y es que resulta difícil pensar que PNUD crea en la ideal del etnociudadano y la nación cultural, porque PNUD es un hijo de la Modernidad, como las mismas Naciones Unidas.

De lo contrario, el mismo Índice de Desarrollo Humano no tendría sentido, ya que los conceptos de alfabetización, esperanza de vida y PIB per cápita no tienen cabida en la cosmovisión indígena, como determinantes de la calidad de vida. Claro, la única forma de solucionar esto, es decir que los indígenas coinciden a cabalidad con todos los postulados del PNUD en torno al desarrollo humano. Pero entonces, si esto es verdad, los indígenas guatemaltecos son más modernistas y occidentales de lo que hemos creído. Y con más razón aún, merece la pena pensar en un modelo de nación política, con todo lo de igualdad y derechos.

A pesar de lo anterior, el diagnóstico que realiza el PNUD sobre la exclusión indígena coincide mucho con el que realizó el CIEN en torno a los informales: los empresarios, los trabajadores y sus familias. Es más, debo señalar que originalmente dicho proyecto estaba orientado explícitamente a profundizar en las características de la exclusión del informal indígena. Pero conforme nos internamos en las múltiples facetas de Guatemala, nuestra investigación experimentó una crisis.

Ahora bien, nuestra crisis nos terminó llevando por derroteros muy distintos a los de PNUD. Nos vimos en la necesidad de adoptar una postura aún mucho más abierta a la diferencia que existe entre los guatemaltecos. Pasar del ladino, como “ciudadano modelo para el Estado de Guatemala”, a la dicotomía ciudadana “indígena-ladino”, tiene, a nuestros ojos, el mismo problema: ignora las diferencias y por lo tanto, es excluyente.

¿Quiénes serán los “ladinos ideales” o los “mayas ideales” que servirán de modelo para imponer las políticas públicas? ¿Y qué ocurrirá con aquellos que no se les parezca?

Hay que tener cuidado con dichos “ladinos ideales” y esos “mayas ideales”. A mí, uno de los ejemplos que más me gusta, es el que rescata Mario Roberto Morales en su tesis doctoral. Él contrapone la visión del indígena que tiene Demetrio Cojtí y la que tiene Estuardo Zapeta.

Por un lado, Demetrio Cojtí expresa:

“En Guatemala, los principios del liberalismo (libre competencia, igualdad de oportunidades, igualdad ante la ley, etc.) son válidos solamente para el Ladino. No se aplican al Maya y éste no debe utilizarlos.”

Por su parte, Estuardo Zapeta dice:

“De hecho, (los indígenas) somos liberales, quienes creemos en la Democracia Liberal, quienes aceptamos sin tanto problema que el proceso intercultural es posible. Son los izquierdistas trasnochados, con su absurdo centralismo, su ineficiente estatismo, y su inhumana homogeneización cultural, quienes se oponen a abrir espacios en donde puedan ampliarse y enriquecerse las oportunidades para el proceso intercultural.”

¿Quién tiene la razón?
¿Quién dice la verdad?
¿Es posible que exista la verdad en torno a dicho tema?

En el fondo, el problema es que el modelo de explicación “indígena-ladino” ignora los procesos de alienación, de resistencia y de negociación que han quebrado, desde hace mucho tiempo, la dicotomía que la política y las ciencias sociales habían identificado en Guatemala.

Quien lo dude, que salga del edificio, o vaya al Mercado de la Terminal, a Tecpán, a Chichicastenango, o a los Cuchumatanes y contraste sus “ladinos” e “indígenas” que tiene en la mente, con los guatemaltecos del día a día. Pero no sólo los miren, hablen con ellos, cuestiónenlos, compréndanlos. A partir de ese momento, se darán cuenta cómo la realidad se niega a categorías tan estrechas como “indígena-ladino”. La hibridación de las culturas ladinas, indígenas y extranjeras, han ido generando múltiples culturas, múltiples identidades.

Así pues, en lugar de promover la “nación cultural” o el “etnociudadano”, decidimos enfocar la política a partir de la informalidad.

Creemos que esto nos permite algo sumamente importante. En lugar de centrarnos en marcar las diferencias, estamos interesados en los procesos de interculturalidad que se dan día con día. Aunque no lo crean, muchísimos de estos informales viven una cultura de confianza, algo tan necesario de rescatar hoy en día. Rigoberta Menchú diría que viven la “cultura chapina”.

En los mercados, en las ventas callejeras, en la orilla de la carretera o frente a nuestra propia casa, los comerciantes informales se interrelacionan con personas que tienen distintas culturas e identidades. Aunque todos manejan culturas e identidades distintas, cuando se encuentran en el mercado asumen un conjunto de reglas comunes para poder interactuar, de forma pacífica, respetuosa y beneficiosa.

Esto no significa borrar las diferencias culturales o de identidad, sino vivir un grupo adicional de normas, unas que permitan la interacción social. Esto lo vemos claramente en los mercados cantonales, pero también en los parques, en las vecindades, en las ferias, en las chamusca los días sábado.

Ahora esto reconfigura totalmente la solución ante el mismo escenario de exclusión de grandes grupos de la población a las instituciones políticas y económicas del Estado de Guatemala.

Para nosotros, las reformas deben orientarse a:

  • Primero, reconocer, conocer y respetar la existencia la pluralidad guatemalteca, pero también los procesos culturales que se han generado y que facilitan que los guatemaltecos respeten un conjunto de normas que permiten la convivencia pacífica. Además de la falta de comunidad política y de contar con un Estado eficiente, representativo y legítimo, afrontamos el problema de un Estado que está totalmente desconectado de la realidad. Cree que todos somos inversionistas extranjeros; o que somos latifundistas explotadores; o sindicalistas indefensos, etc. Para hacer leyes, primero se tiene que conocer la prácticas reales de la gente. Lo importante es facilitar la generación de expectativas sobre el comportamiento de la gente y no adaptarnos a la legislación europea o norteamericana.
  • Segundo, el Estado debe complementar las instituciones necesarias para que dicha cultura de convivencia pacífica prospere. El sistema de justicia es la pieza esencial que debemos reformar, si realmente queremos generar confianza entre los guatemaltecos. Lo que salió publicado recientemente, respecto al sistema de justicia que mantienen 48 cantones indígenas de Totonicapán es tan sólo uno de los mecanismos que debe adoptar el Organismo Judicial. Eso también sucede, pero en el ámbito mercantil, en los mercados, pero sigue siendo ignorado.

MIGRACIÓN LIBRE EN LAS AMÉRICAS

Verónica Spross de Ribera
Directora del Área Social
CIEN

En América podemos aprender algo de la Unión Europea, especialmente en lo relacionado a la libertad de migrar de un país a otro en toda la región. Un alemán puede trabajar en España si considera que le interesa. Un italiano puede ir a trabajar a Francia si quiere aprender francés.

El derecho de libre circulación de las personas dentro del territorio de la Comunidad Europea fue introducido en el Tratado constitutivo de la misma, firmado en Roma en 1957. Esta libre circulación estaba estrechamente vinculada al desempeño de una actividad económica (trabajo por cuenta ajena, actividad independiente o prestación de servicios). Por consecuencia, el derecho de residencia se reconoció a los trabajadores y sus familias, en relación con el derecho a ejercer una actividad laboral en otro país miembro de la Comunidad Económica Europea, nombre adoptado anteriormente por el acuerdo de integración regional. Posteriormente pasó a llamarse Unión Europea, UE, o solamente Europa. En 1991 se adoptó el concepto de ciudadanía europea.

La implementación del concepto de libre circulación de las personas, incluyendo el control de las fronteras exteriores, asilo, inmigración y cooperación judicial en materia civil, se ha dado en un período largo de tiempo. Todo pasa a formar parte del pilar comunitario en un proceso gradual de varios años. El Reino Unido, Irlanda y Dinamarca quedan fuera voluntariamente de lo acordado en el Convenio de Schengen y, por tanto, se reservan el derecho de ejercer controles sobre las personas en sus fronteras. Un importante avance ha sido el que cuatro grandes países europeos, España, Italia, Alemania y Francia, acordaran en el 2000 la eliminación de la obligación de obtener un permiso de residencia a los ciudadanos de la UE.

Veronica Spross
Directora Área Social
CIEN

08 enero 2007

2006: ¿Buen año?



Si uno se limita a los indicadores macroeconómicos, la conclusión sería que el 2006 fue un buen año. Sobre todo, si uno borra de la memoria los acontecimientos que ocurrieron durante el último trimestre del año. Para ser justo, debo admitir que los resultados a finales de 2006 corresponden a lo que en septiembre de 2005, dentro del ejercicio anual de Perspectivas Económicas del CIEN, se identificó como un escenario optimista. Sin embargo, los acontecimientos de los últimos meses han sido, sin duda, el pelo en la sopa. La quiebra de BANCAFE, el agudo faltante de efectivo a final de año, las quiebras de varias instituciones financieras, la no aprobación del presupuesto del gobierno y la aprobación con fines demagógicos de la Ley del Adulto Mayor son, entre otros, acontecimientos que empañan los resultados del año. Lo más triste de todo es que, muy posiblemente, algunos de estos acontecimientos tal vez se pudieron haber evitado o se pudieron haber manejado mejor.

No obstante estas costosas “fricciones” de final de año, no se puede dejar de mencionar como que la recuperación del ritmo de crecimiento de la economía, la disminución de la inflación y el repunte de la inversión privada fueron acontecimientos muy positivos. Lo mismo que la entrada en vigencia del DR-CAFTA, la mejora en las calificaciones de riesgo-país y ciertas reformas que mejoraron el clima de negocios. Modificaciones que representan un importante avance en la capacidad del país para atraer inversiones, promover exportaciones, generar empleo y crecimiento económico en el mediano y largo plazo.

Ahora bien, aunque la estabilidad macroeconómica y ciertas de las reformas logradas son importantes, resultan insuficientes para alcanzar las metas de crecimiento y creación de empleo que el país requiere. Y lo que es más grave, no existe garantía que el país, en el mediano plazo, no retroceda parte del camino andado. Sobre todo, dado el fuerte desgaste que han sufrido ciertas instituciones claves para el buen funcionamiento de la democracia y de la economía nacional, así como la limitada credibilidad de instituciones como el TSE, los tribunales de justicia, la Contraloría General de Cuentas y el Congreso, entre otras. A lo que se debe añadir una campaña electoral “prematura” que ha venido ha generar incertidumbre anticipada respecto del futuro político del país. En resumen, aunque el 2006 fue un buen año, nada garantiza que el 2007 lo sea. Y mucho de lo que pueda pasar, nuevamente, está en función de lo que suceda en la arena política. Sin embargo, las perspectivas económicas para el 2007 serán tema para la columna de la próxima semana.

Hugo Maul Rivas
Director del Área Económica
CIEN

GIAMMATTEI: URGE MANO FIRME

Edwin Xol
CIEN

La reciente nominación de Alejandro Giammattei como candidato presidencial de la GANA le añadirá mayor agresividad al proceso electoral y podría, por fin, levantar el interés del electorado. El más afectado por su nombramiento será Otto Pérez Molina.

Desde su presentación a los medios de comunicación, el abanderado oficialista dejó claro que “la seguridad y el orden” serán el centro de su propuesta política. Ello implica una lucha frontal con la conocida oferta de “mano dura” que ha apuntalado la candidatura del general Otto Pérez Molina. Es decir, que el mayor enfrentamiento de las próximas elecciones será por el segundo lugar, con dos candidatos ofreciendo el mismo producto: seguridad. La batalla no se prevé fácil para el doctor Giammattei, dado que deberá cargar con los múltiples problemas que han empañado la gestión de la GANA. Sin embargo, en este artículo presento tres razones por las que considero que el ex director de Presidios tiene mayores probabilidades de obtener el segundo lugar.

a) La campaña anticipada de los patriotas no representa mayor ventaja respecto al contrincante de la GANA.

Pérez Molina ha centrado sus esperanzas en una masiva campaña publicitaria que le ha resultado bastante exitosa. Aparece en el segundo lugar de las preferencias de los electores y su frase “urge mano dura” está muy bien posicionada en la mente de la población. Si lo comparamos, por ejemplo, con Ricardo Buezo, otro candidato que basó su candidatura en una fuerte inversión publicitaria, podríamos afirmar que el primero ha obtenido mejores resultados. Esto se debe a que su planteamiento ha sido muy claro y ha respondido a la mayor demanda actual de los guatemaltecos.

Aparentemente Giammattei no ha tenido ningún esfuerzo publicitario; sin embargo, desde el 7 de noviembre de 2005, el día en que asumió su cargo como Director General de Presidios, ha estado continuamente en los medios de comunicación. Captó la atención de la opinión pública al aceptar un puesto riesgoso del que varios en este gobierno habían salido corriendo, y logró ponerse en boca de todos cuando dirigió la toma de la cárcel de Pavón, el pasado 25 de septiembre. Directamente no ha comprado ningún espacio en los medios, pero sus apariciones periódicas en los medios de comunicación quizá hasta podrían igualar la millonaria publicidad del Partido Patriota.


b) Giammattei posee la imagen que Pérez Molina intenta promover.

Después de la toma de Pavón, Giammattei adquirió una imagen de valentía y mano firme, la misma que Pérez Molina intenta promover. El aplaudido operativo le dio credibilidad al ex director del Sistema Penitenciario y le mereció la opinión favorable de un importante porcentaje de la población. Según reveló la encuesta de Cid Gallup, publicada en elPeriódico el 14 de diciembre pasado, Giammattei obtuvo una opinión positiva comparable incluso con la obtenida por Fritz García-Gallont, Nineth Montenegro, Luis Flores y el propio Otto Pérez. Dichos resultados podrían reflejar que ese día los guatemaltecos percibieron a un tipo con las “agallas” necesarias para enfrentar al crimen y terminar con la creciente inseguridad que agobia al país.

En contraposición, la propuesta de “mano dura” de Pérez Molina carece de un respaldo concreto y reciente. El único sustento del general para convencer a la población de que acabará con la inseguridad es su pasado al frente de las fuerzas armadas.

c) Los votantes indecisos podrían apoyar la candidatura de Giammattei y no la de Pérez Molina.

Las últimas encuestas han mostrado un alto porcentaje de indecisos, el cual no ha variado sustancialmente en cada una de ellas. Ello podría deberse a que ninguna de las opciones existentes hasta el momento, incluyendo la de Pérez Molina, le parezca lo suficientemente atractiva al electorado y esté a la espera de una nueva opción, que podría ser Giammattei. Sin embargo, en este punto debemos considerar a los candidatos que aún no han entrado de lleno en campaña y que podrían cautivar a los indecisos, tal es el caso de Nineth Montenegro o Flores Asturias.


Así que el doctor Giammattei tiene razones de peso para animarse a enfrentar directamente a Pérez Molina por el segundo lugar: su constante presencia en los medios de comunicación, la imagen positiva que adquirió con la toma de Pavón y el alto porcentaje de indecisos que las encuestas muestran y que podrían apoyar su candidatura.

Por otro lado, el efecto sobre Álvaro Colom es más difícil de percibir, dado que actualmente la lucha de Giammattei se centra por el segundo lugar y no por el primero. La respuesta a esta interrogante debe ser analizada profundamente y merece una discusión aparte. Por el momento basta decir que la campaña de los patriotas no parece tan anticipada comparada con la del candidato del oficialismo y que, aunque el estribillo de “mano dura” ya se haya ganado un lugar en la mente de los votantes, es muy probable que la mano firme de Giammattei les coma el mandado y les gane la batalla por llegar a la segunda vuelta.

05 enero 2007

DERECHO LABORAL INDÍGENA

Lisardo Bolaños Fletes
Investigador Asociado
CIEN

¿Existe el derecho laboral indígena?

Hace poco realicé este cuestionamiento entre un grupo de académicos, representantes de la cooperación internacional, representantes del organismo judicial y sindicalistas. La respuesta inmediata, de uno de los académicos con mayor influencia política en el tema, fue: “no existe”.

¿Cómo interpretar la respuesta de que no existe el derecho laboral indígena? Propongo varias hipótesis.

  1. El derecho indígena es todo aquel que pueda retrotraerse a tiempos prehispánicos y como en esa época no existían relaciones laborales, sino servidumbre o esclavitud, no podemos hablar de derecho laboral. Mi objeción sería:
    1. Esta es una visión esencialista del derecho indígena (lo indígena sólo pueden pensarse a partir de aquellos elementos no “contaminados” por influencias externas, como los trajes indígenas, nuevas técnicas de riego, la exportación de artesanías, la televisión, etc.). Acusaré a esta visión de excluyente.
    2. Esta es una visión estática del derecho (el derecho no evolucionaría, ni se adaptaría a los cambios sociales, lo cual nos llevaría a declarar como inútiles todo esfuerzo legislativo actual, fuesen a partir de los Congresos o a partir de las interpretaciones judiciales). Acusaré a esta visión de ingenuidad jurídica.
  1. Las relaciones productivas indígenas no contemplan relaciones laborales. Como no existen las relaciones laborales, no hay razón alguna para que exista un cuerpo de normas sobre ello. De alguna manera, esto implicaría que existe una identificación plena entre indígenas y el campesino minifundista. Mi objeción sería:
    1. Esta hipótesis estaría ignorando a muchos empresarios que se autoidentifican como indígenas y que tienen trabajadores a su cargo. Yo conozco a muchos empresarios indígenas de este tipo que serían un ejemplo de lo erróneo de esta hipótesis. Acusaré a esta visión de no conocer Guatemala.
    2. Nuevamente, aquí existe una visión esencialista, la cual negaría que esos empresarios puedan considerarse indígenas, pues no cumplen con todas las características de un indígena cercano a la prehispanidad. Como lo mencione, esta visión es excluyente.
  1. No existe derecho laboral indígena, porque entre las relaciones laborales indígenas no se habla como un elemento propio de su cultura de temáticas como: salario mínimo, jornada laboral, etc. Mi objeción sería:
    1. Esta visión parte de que sólo las concepciones socialdemócratas y provenientes de la Organización Internacional del Trabajo resultan mecanismos válidos para garantizar y promover el bienestar de los trabajadores. Acusaré a esta visión de arrogante y ligeramente malinchista.
    2. Se es demasiado “modernista” para comprender la evidencia. Se espera que exista “un modelo” de derecho laboral indígena unificado, sin reconocer las diferencias entre las distintas comunidades indígenas. A ello se agregaría la falta de codificación (escrita o verbal) de las normas. Acusaré a esta visión de ingenuidad científica.
    3. Se propone como evidencia casos extremos de maltrato laboral infantil, como para dar por terminado el hecho de que las comunidades indígenas, al no haber atravesado el proceso civilizador de la socialdemocracia y la OIT son pueblos bárbaros y que no tienen respeto alguno por los trabajadores. Acusaré a esta visión de etnocéntrica.


Ahora bien, ¿por qué digo que sí existe un derecho laboral indígena?

Primero, porque superando las críticas anteriores a la no existencia del derecho laboral indígena, uno debe reconocer que es posible que el mismo sí exista.

Segundo, porque a partir de desmantelar esos prejuicios en contra del derecho laboral indígena, podemos empezar a apreciar patrones conductuales y normas, explícitas e implícitas, de las relaciones laborales indígenas.

La dificultad para encontrar “el modelo” de derecho indígena de ello estriba en que existen diferencias entre los mismos grupos y por lo mismo no es homogéneo. Además, de alguna manera, han absorbido algunos comportamientos provenientes del derecho laboral occidental, especialmente en la medida que ha habido una mayor aproximación a áreas urbanas. Ahora bien, ello no implica que, detrás de la forma en que se relaciona el empresario con el trabajador, no exista un trato distinto. Hay que señalar que existe una cultura diferente y ello tiene un peso importante en la forma en que se plantean las relaciones, razón por la cual se puede hablar de una diferencia jurídica con el modelo europeo que hemos heredado. Así como podríamos esperar que las relaciones laborales sean distintas entre empresarios y empleados libertarios y aquellos que son socialdemócratas, uno también podría esperar y seguramente encontrar diferencias en las relaciones entre empresarios y empleados herederos de la cultura indígena y aquellos de la cultura de Occidente.

¿Por qué no profundizo más en el derecho laboral indígena o en la multiplicidad del derecho laboral indígena?

Porque es una temática que como guatemaltecos hemos ignorado y yo me incluyo entre los ignorantes.

¿Por qué creo que es importante que dejemos de ignorar la multiplicidad del derecho laboral indígena?

Porque tendríamos que reconocer los cambios sociales y productivos que se están generando en la sociedad guatemalteca, haciendo que el derecho evolucione y responda a los nuevos tiempos. Empezaríamos a generar un cambio importante: se impulsaría un cambio jurídico importante. La ley apoyaría (en lugar de perseguir y penalizar) nuevas formas organizacionales que los indígenas establecen para generar bienestar de cara a la globalización.