30 septiembre 2007

Carlos Peña para Presidente

Hugo Maul Rivas
Director Área Económica
CIEN

“Comparar las elecciones a presidente con Carlos Peña, el joven cantante, es como mezclar el aceite con el agua”. En cierto sentido este comentario de Ricardo Bolaños, a la versión electrónica de la columna de la semana pasada es completamente válido. No obstante, al comparar el nivel de participación y entusiasmo generado por cada uno de estos procesos de elección surgen algunas cuestiones que merecen cierta reflexión. Por ejemplo, el papel de la relación precio/calidad en ambos procesos. En cada uno de ellos votar implicaba el pago de una suma monetaria. En el caso de la elección de Carlos, dicha suma salió de labolsa de cada “fan”; en el caso de la elección general, el pago salió de la bolsa de los contribuyentes. Si a esto se suma que muy pocos candidatos presidenciales inspiraban la simpatía, admiración o respeto que inspira Carlos Peña, los US $ 2.00 que la ley otorga a cada partido por voto recibido resulta ser un alto precio a cambio de la calidad de los productos recibidos. Por otro lado, el nivel de entusiasmo y participación alrededor del fenómeno “Carlos Peña” puede ser el reflejo de lo que sucede cuando los ciudadanos descubren cómo participar en la construcción de proyectos comunes. De cierta forma, más que apoyar a un joven cantante, el apoyo a Carlos puede ser el reflejo de lo que Samuel Huntington llamaría un “interés público puro”, la base fundamental para una acción colectiva exitosa.

Aunque no faltará quien piense que todo el asunto “Carlos Peña” es producto de la manipulación publicitaria, no debe olvidarse que vivimos algo parecido durante la campaña electoral y no puede decirse que alguno de los candidatos haya despertado el entusiasmo que generó el joven cantante. Aunque no se comparta la relevancia de que un joven guatemalteco se convierta en “Latin American Idol”, el proceso de elección de Carlos muestra la necesidad de que la calidad del “producto” guarde relación con el precio que se paga por él. Algo que sería muy importante en futuras elecciones presidenciales. Asimismo, la elección de Carlos muestra la importancia de que los votantes estén convencidos que mediante su voto hacen algo importante por su país. Algo que, aparentemente, no sucede hoy en día cuando votamos para elegir diputados, alcaldes y presidente. Para muchos, votar en una elección general significa más de lo mismo. Para muchos, votar por Carlos significó haber hecho algo importante por Guatemala: mostrar que en es factible que los sueños se conviertan en realidad.

23 septiembre 2007

Las alegres encuestas

José Raúl González Merlo
Miembro Junta Directiva
CIEN

Las encuestas electorales no son cosa nueva. Todos los años han sido criticadas por quienes tienen los peores resultados. Sin embargo, en estas elecciones, las críticas han sido particularmente incisivas. En buena medida porque el margen de error fue más amplio que el esperado. Unos piden regulación, otros piden prohibición. Ambos están equivocados.

Los medios entraron en una peligrosa espiral en aras de elevar la circulación de sus respectivos diarios. Las encuestas per se no tienen nada de malo para alcanzar ese objetivo; sin embargo, minimizaron los riesgos de realizarlas. Pagar y divulgar las encuestas es asumir como propia la responsabilidad de la exactitud de sus resultados. De esta manera, el medio de comunicación pone en riesgo su activo más importante: la credibilidad.

Lo anterior se puede resolver de dos maneras. La primera es aceptar que el medio no tiene necesidad de hacer encuestas y no hacerlas más. La segunda es reconocer públicamente que la encuesta es una medición inexacta de una realidad en un momento determinado. Todos son culpables de haber caído en la arrogancia de creer que su encuesta era la mejor y, dados los resultados, lo único que se comprobó es que habían unas menos peores que otras.

Por lo tanto, si continúan con las encuestas, al menos, deben colocar una leyenda que diga algo como: “Esta encuesta no es ni pretende ser una predicción de los resultados electorales ya que los resultados reales pueden variar significativamente. Tampoco debe ser utilizada como una herramienta de propaganda electoral. Usted no debe decidir su voto en base a esta encuesta sino a los criterios que considere importantes de cada candidato.”

Esta muestra de humildad podrá proteger a los medios de lo que ya es un tema de conversación: que las encuestas fueron usadas para favorecer a unos y perjudicar a otros. Lo cual es una infantil racionalización, de los candidatos que así lo insinúan, para justificar su pobre y mediocre desempeño. De la misma manera que hay poca evidencia de que el voto sea endosable; la influencia de las encuestas en la intención de voto es, en el mejor de los casos, dudosa. Mi interés es proteger la credibilidad de los medios no la de los candidatos.

Pero lo peor que podríamos hacer es permitir que el gobierno regule o prohíba las encuestas. Las mismas son una legítima expresión del pensamiento, protegida constitucionalmente. Debatirlas, criticarlas, analizarlas técnicamente y transparentarlas es lo mejor. Y el medio que no lo haga, que se atenga a las consecuencias y siga el camino del desaparecido diario El Gráfico. A poner las barbas en remojo pues…

¿Por quién vas a votar?

Hugo Maul Rivas
Director Área Económica
CIEN

“Da lo mismo; la vida de la gente común y corriente sólo puede empeorar. No importa que ganen los de la “mano tiesa” o los del “gavilán”, de seguro nos va a ir peor a todos”. Esta conversación entre dos de mis amigos resume el sentimiento negativo que muchos tienen respecto a la elección presidencial. Aunque la mofa a los partidos es puramente circunstancial, igual se habrían inventado algo más en caso de ser otros los partidos en contienda, la connotación que tiene asociar lo “tieso” con lo “duro”, en el caso del Partido Patriota, y un “gavilán” con una “paloma blanca”, en el caso de la UNE, es muy interesante. Coloquialmente hablando, “tieso” hace referencia a la muerte, a la cesación de la vida, y gavilán a la tendencia al hurto, el robo y la rapiña.

¿Quién, teniendo que escoger entre tales opciones, podría estar optimista? Ahora bien, en dónde han quedado todas las promesas electorales en donde se nos ofrece solución a todos nuestros problemas y en donde los candidatos se presentan a sí mismos como salvadores del pueblo. ¿Por qué muchos siguen sin creer en los mensajes y en los mensajeros? ¿No será acaso porque en lugar de “Mesías” lo que ven son “pecadores”? Políticos, sin duda bien intencionados, que al llegar al poder estarán sujetos a un sistema de incentivos, controles y responsabilidades que los obliguen a “portarse bien”. Políticos que en lugar de “Mesías” están condenados a terminar como “viles pecadores”.

¿Qué impide reformar el marco institucional que promueve tales aberraciones? En principio nada, sólo haría falta la voluntad de querer hacerlo. En la práctica no es tan sencillo, ya que no puede esperarse que los políticos comunes y corrientes sean quienes hagan tal cosa. Estos, una vez “sentados en el trono”, no tienen incentivo alguno para introducir reformas que limiten el uso del poder. Dada esta realidad no extraña que gente como mis amigos en lugar de hacer referencia la firmeza, en el caso del PP, hagan una referencia velada a la muerte; y en lugar de la hacer referencia a la búsqueda de la paz mediante medidas conciliadoras, en el caso de la UNE, hagan una referencia velada a la rapiña. En el fondo saben bien que son muy altas las probabilidades de que cualquier político sucumba ante las tentaciones del poder y no cumpla sus promesas. Para eso, añadió uno de mis ellos, “si querés votar, mejor vota por Carlos Peña; ese muchacho sí cumple. Además, cada voto por Carlos cuesta menos de la mitad de lo que nos costó votar en la primera vuelta electoral”.

19 septiembre 2007

Tardíamente, respecto al tema electoral.


Más vale tarde que nunca.

Ante el silencio de otros, esta caricatura.

17 septiembre 2007

Vocación de participar

José Raúl González Merlo
Miembro Junta Directiva
CIEN

Con el nuevo gobierno viene el problema de siempre: armar el gabinete. Siempre es así porque muy poca gente quiere, durante la campaña, aceptar el compromiso público de una eventual participación política. Por eso es que ningún partido político puede “presumir” con sus ministros sino hasta que ganan las elecciones. Las personas más capaces normalmente están ocupadas en sus profesiones. No suena lógico renunciar durante la campaña para correr el riesgo de quedar desempleado si el candidato no queda. Algo así como que el mono no debe soltar la rama si antes no tiene bien agarrada la otra. La pregunta es ¿quién quiere cambiarse de rama?


Participar en política, como en cualquier otra actividad, requiere de una vocación. Hay gente que no puede ver una intervención quirúrgica y por ello no son cirujanos. Hay gente que no puede estar sentada en un escritorio y por ello prefieren andar en la calle vendiendo. “Cada quien es cada quien” decía mi abuelita. Pero antes de tomar una decisión tan trascendental las personas deben reconocer que tienen compromisos familiares, personales y profesionales. No se puede, tan fácilmente, dejarlo todo para asumir una carrera política. Debe ser algo meditado y planificado; amén de que es una carrera que conlleva otro tipo de riesgos. Como dijo nuestro ex vicepresidente Francisco Reyes: “los ministros son como los flipones… cuando se queman hay que cambiarlos…” El mundo de la política es un campo minado. El que lo pasa exitosamente sobrevive pero el que se para en la mina destruye su carrera... y nadie agradece su “sacrificio”.


Esa es la realidad y eso convierte a la política en una línea profesional poco atractiva para muchos; incluyéndome a mi. Por ello agradecí, me sentí honrado, pero decliné, en esta oportunidad, mi participación política en el posible gabinete del Partido Patriota. Ojala que haya otras personas capaces a quienes atraiga y se incorporen al servicio civil en el próximo gobierno. Guatemala necesita que cada uno de nosotros, desde nuestra vocación profesional, hagamos el mejor esfuerzo por sacar adelante a nuestro país.


Participar en política es un derecho y un privilegio ciudadano; pero no es pre-requisito para calificar como “buen” ciudadano. Algo así como que los católicos no tenemos, a puro tubo, que ser sacerdotes para ser buenos cristianos. Cada uno de nosotros tenemos un papel que jugar en nuestra sociedad. Lo importante es que, sea lo que fuere, trabajemos como Dios manda. Así es como se contribuye a construir una nación y, de paso, se gana la vida eterna.

16 septiembre 2007

¿Victoria de la Derecha?

Hugo Maul Rivas
Director Área Económica
CIEN

Según parece, juzgando a partir de los resultados electorales del domingo pasado, el país se ha librado del avance de los movimientos de “izquierda”, al menos de su avance por medio de las urnas. Si se pudieran sumar los votos de la GANA, CASA, PP y Unionismo, bajo el supuesto que dichos partidos representan ideas de “derecha”, parecería que más de la mitad del electorado no está a favor de las ideas de izquierda. Si a esto se suma el hecho que la propuesta de la UNE, sobre todo en la parte económica, se asemeja más a una “izquierda vegetariana” que a una radical, bien podría decirse que casi un 80% de los electores no quieren saber nada del tipo de movimientos radicales que ahora reinan en Venezuela, Bolivia o Ecuador. No obstante, resultaría ingenuo pensar que después de estos resultados electorales ya “todo está dicho”. Es bien sabido que en países como Guatemala, en donde existe un marcado déficit de comunidad política, la adscripción de un ciudadano a determinadas propuestas políticas y/o ideológicas depende más de su situación económica y social, y de consideraciones prácticas y de corto-plazo, que de su identificación con valores y principios abstractos de un determinado sistema de pensamiento.

En virtud de esto, la amenaza de las ideas radicales y populistas de izquierda está y estará siempre presente mientras la democracia no traiga aparejada consigo mejoras sustanciales en el bienestar de la mayoría y/o se transforme en un verdadero sistema de representación de los intereses nacionales. Si bien es cierto que no corresponde a la democracia, como sistema político, promover un mejor nivel de vida, tampoco pueden negarse los pobres resultados económicos que la democracia ha traído consigo, en parte por la “alianza profana” que ha permitido entre intereses políticos y económicos. Si bien es cierto que millones votan cada cuatro años, esto no significa que luego sean tomados en cuenta en el diseño, modificación y puesta en práctica de cientos de miles de decisiones políticas y económicas a nivel local y/o nacional. De esa cuenta es que muchos perciben a la democracia como algo “irreal”; un espejismo, una imagen falsa de participación popular, representación de intereses públicos y mejora económica.

Mientras la derecha, sin importar cuantos votos obtenga en las urnas, no haga más que jactarse de comprender mejor el proceso económico pero sea incapaz de promover un sistema económico más abierto y competitivo y, sobre todo, sea incapaz de romper su propensión a establecer “alianzas profanas” entre políticos y empresarios, no debe extrañar a nadie que los discursos que prometen “voltear la tortilla” o que prometen “almuerzos gratis” sigan teniendo vigencia.


10 septiembre 2007

Democracia de voluntarios

José Raúl González merlo
Miembro Junta Directiva
CIEN

Es importante reconocer cuando las cosas se hacen bien en nuestro país. Pero cuando se trata de una transición democrática; es mucho más importante resaltarlo. El Tribunal Supremo Electoral – TSE – puede sentirse orgulloso de haber culminado esta primera parte de su trabajo. Con todo y que fue el TSE más criticado en nuestra historia democrática, las Elecciones Generales se llevaron a cabo sin mayores problemas.

Primero, se le acusó de ser un tribunal débil al no haber podido detener el prematuro arranque de la campaña electoral. Luego, se le presionó por diversas denuncias de violencia electoral. Finalmente, hasta se le acusó de irresponsable por no posponer las elecciones ante la amenaza del huracán Félix. Con o sin fundamento, las críticas quedaron atrás y lo que queda para el futuro de las próximas generaciones es un proceso electoral razonablemente bien organizado y limpio.

Nuevamente el TSE logró “sacar la tarea”. Lástima el aburrido e irrelevante discurso de su Presidente el día de las elecciones. No obstante lo anterior, felicitaciones a todos sus magistrados y personal de apoyo. Y también una especial felicitación a los miles de jóvenes voluntarios. Su entusiasmo y participación es una buena señal de que nuestro proceso democrático está quedando en buenas manos. En particular, quiero destacar la labor del Ingeniero Michael Ascoli, Presidente de la Junta Electoral del Distrito Central (el más grande de todo el padrón electoral). El y su equipo junto con los miles de voluntarios que trabajaron en la coordinación y en las juntas receptoras de votos son la base de nuestra democracia participativa.

Vale la pena recordar que el Ing. Ascoli fue injustamente atacado por la maquinaria del FRG quien trató de impedir que asumiera el cargo acusándole, sin fundamento, de favorecer al partido oficial. Sin embargo, los hechos demuestran que hoy, al igual que en elecciones anteriores, Ascoli y su equipo han ejecutado dignamente su responsabilidad. Haber puesto en tela de duda su honorabilidad e integridad es una muestra más de la bajeza de sus detractores.

Ahora toca terminar la tarea. La segunda vuelta será la culminación de nuestra transición democrática y una nueva prueba para todos. Sin embargo, puedo decir que vi a miles de guatemaltecos acudiendo a votar en familia, con entusiasmo, de forma pacífica y paciente. Esta es una de aquellas oportunidades en las que nos hemos proyectado al mundo como una nación que resuelve sus diferencias políticas de forma pacífica y que es capaz de llevar este complejo proceso de forma ordenada. Es un gran momento para ser guatemalteco y para sentirse orgulloso de nuestra patria y nuestros conciudadanos.

09 septiembre 2007

¿Y ahora qué?

Hugo Maul Rivas
Director Àrea Econòmica
CIEN

El primer acto de la comedia electoral por fin ha terminado. ¿Qué nuevos elementos traerá el segundo acto? Por si acaso, no está demás repetir a directores, guionistas y principales actores que ya estamos hartos de los golpes bajos, descalificaciones y calumnias entre candidatos; no se diga de mensajes vacíos y cancioncitas, afiches y anuncios en radio y televisión. Esperemos que el segundo acto de esta comedia sea mejor que el primero. Sobre todo, que todos los que participan en esta comedia tengan la madurez para no convertir este acto final en una tragedia.

De esa cuenta, quien(es) haya(n) resultado vencedor(es) no puede(n) suponer que los resultados de ayer les otorgan el apoyo de la mayoría de la población. Cualquier candidato que resulte ganador no habrá recibido, en esta primera ocasión, ni siquiera el apoyo de un tercio de todos los electores. Quien quiera que sea nuestro próximo gobernante deberá gobernar no sólo para sus electores sino para más de dos tercios de votantes que no lo escogieron ayer como la mejor opción. Un segundo asunto que deben tener claro todos los contendientes es que no todos pueden ganar. Con más de una docena de binomios presidenciales es imposible, por razones aritméticas, que todos obtengan elevados porcentajes de la votación. Simplemente no se puede, el total de votas no puede sumar más del 100%. Siendo este el caso, los partidos que no resulten ganadores le harían un favor al proceso democrático aceptando humildemente la derrota.

La gobernabilidad postelectoral demanda la aceptación democrática de los resultados por parte de todos; impugnaciones a diestra y siniestra o acusaciones de fraude por doquier en nada ayudan a la tranquilidad social y a la construcción de un mejor clima político. El editorial de El Universal de México unos días después de la elección del año pasado en el vecino país es válido hoy para Guatemala. Se supone que “son profesionales de la política acostumbrados a ganar y perder, y sus acciones deberán estar basadas en su compromiso con el país… [la] pugna permanente alimenta una sensación de zozobra que estorba la vida normal de la nación. Los demócratas trabajan por la democracia y por el triunfo de la mayoría, no por la imposición de dogmas personales”.

A todos nos convienes un final feliz, mejor aún si la comedia se transforma en una epopeya, “conjunto de hechos gloriosos”. Ya que esto último parece imposible, hagamos el esfuerzo por que la comedia no termine en tragedia.

03 septiembre 2007

La Peste Bubónica en Guatemala: La Reforma Agraria de Arbenz

Mauricio Zachrisson Girón
Colaborador

Jacobo Arbenz tendría que ser considerado, sin más, como un comunista, al que solo faltaba afiliarse al partido para asumir formalmente su condición como miembro.
Carlos Sabino

La reforma agraria hacia radicalmente lo contrario del comunismo: multiplicaba la propiedad privada.
Luís Cardoza y Aragón


La década posterior a la Revolución de 1944 fue una época de la historia que marcó la vida de Guatemala más que cualquier otra. Estos fueron los “años de primavera en la tierra de la eterna tiranía” (Cardoza y Aragón). Previa a esta revolución, el país estaba en un estado inestable y feudal. La United Fruit Company (UFCO) tenía control sobre el gobierno y un gran porcentaje del terreno nacional. Poseía alrededor del 11% de las tierras guatemaltecas, que representaban el 63% de cultivaciones[1]. El resto de la propiedad estaba prácticamente en un 2.2% de la población que tenían el 70% del espacio terrenal[2]. La Revolución estableció el momento en que esta situación cambiaría. En 1945 Juan José Arévalo fue el primer presidente electo democráticamente por los tres millones de ciudadanos[3]. Arévalo hizo muchos cambios en Guatemala que muchos catalogaron como actos comunistas. Entre estos fue el Código del Trabajador (1947) y la creación de la Seguridad Social (1948). Se inició un movimiento orientado a la ayuda del trabajador de campo. Pero no fue hasta que el presidente Arbenz entró en poder, que se dieron cambios radicales en las instituciones políticas y económicas. Arbenz conmovió a los guatemaltecos e hizo temblar al mundo.

Jacobo Arbenz Guzmán ganó las elecciones que se llevaron acabo del 10 al 12 de noviembre del año 1950 con 258,987 votos de 404,739 votos totales, un fascinante 64%[4]. Su campaña política estaba enfocada en tres puntos: la construcción de una carretera del Atlántico al Pacifico, el proyecto de una hidroeléctrica en el Rió Michatoya y la Reforma Agraria. Cada uno de estos puntos era un ataque hacia las empresas estadounidenses. La construcción de la carretera le quitaba el monopolio a la UFCO, la hidroeléctrica le quitaba el monopolio a la Empresa Eléctrica, y la Reforma Agraria expropiaba las tierras ociosas de la Frutera (entre otros propietarios de latifundios[5]). Arbenz estaba asociado con el Partido Guatemalteco del Trabajador (PGT), un partido comunista que en ese momento contaba con 4,000 miembros y el apoyo de los campesinos[6]. El 15 de mayo de 1951, toma posición Arbenz, y empieza las reformas prometidas a los trabajadores.

Durante el primer año de la administración de Arbenz se discutió la Reforma Agraria entre los diversos sectores de la sociedad. Los partidos de derecha y los dueños de los latifundios estaban en contra de la reforma. Sin embargo los argumentos de estos sectores no fueron escuchados. Arbenz procedió con el Decreto 900: Reforma Agraria el 17 de junio de 1952. El Decreto consistía en 107 artículos que determinaban las condiciones bajo las que se expropiarían tierras y en las que se otorgarían. El gobierno argumentaba que esta reforma era necesaria para la modernización de Guatemala y su independencia del imperialismo estadounidense presente en Centro América. Los objetivos del Decreto están establecidos en el Artículo 3 del Decreto 900:

ARTÍCULO 3.- Son objetivos esenciales que la Reforma Agraria debe realizar:
a) Desarrollar la economía capitalista campesina y la economía capitalista de la agricultura en general;
b) Dotar de tierra a los campesinos, mozos colonos y trabajadores agrícolas que no la poseen, o que poseen muy poca;
c) Facilitar la inversión de nuevos capitales en la agricultura mediante el arrendamiento capitalista de la tierra nacionalizada;
d) Introducir nuevas formas de cultivo, dotando, en especial a los campesinos menos pudientes, con ganado de laboreo, fertilizantes, semillas y asistencia técnica necesaria; y
e) Incrementar el crédito agrícola para todos los campesinos y agricultores capitalistas en general.

El propósito del Decreto 900 era acabar con los latifundios y brindarles oportunidades a los campesinos. No serian expropiadas las tierras en producción, únicamente las de propiedad privada que no estuvieran cultivadas, que pasarían a formar parte del patrimonio nacional[7]. Las tierras no cultivadas eran más del 60% en todo Guatemala[8]. “Un 71.34% del total expropiado correspondía a guatemaltecos y otras nacionalidades, y un 28.66% a la United Fruit Co., el mayor terrateniente del país” (Cardoza y Aragón, 1955 Pág. 27). La Frutera fue expropiada de aproximadamente 400,000 acres[9] (97% de su propiedad). Todas las tierras fueron indemnizadas en su valor en libro con bonos de la reforma agraria.

Los efectos de la Ley de la Reforma Agraria se percibieron antes que se aprobara[10]. Ya que la reforma únicamente afectaba las tierras no cultivadas, la producción agrícola de tierras ociosas empezó a incrementar. Esta era la única protección que se podía tener contra el decreto. A principios de 1952, la cifra de tierras no cultivadas había bajado a 54%[11]. Este efecto se observó por lo general en las fincas relativamente pequeñas, ya que para los dueños de los latifundios era muy costoso este incremento.

La Reforma Agraria les otorgaba a los campesinos usufructo vitalicio de las tierras[12] y eventualmente propiedad, aunque en algunos casos se otorgaron propiedades inmediatamente[13]. Por lo tanto la oferta aumento drásticamente, lo que tendió a disminuir el precio, pero debido a que los terrenos se otorgaban sin costo al campesino, el precio era prácticamente cero. La fuerza laboral disminuyó, ya que los trabajadores que solían cultivar los latifundios tenían sus propias fincas ahora. Esto aumentó los salarios de los cultivadores y creó la posibilidad de ganancia de cultivos para los trabajadores de campo que no tenían tierras anteriormente. La expropiación y repartición de terrenos se resume en el siguiente cuadro:

Tabla 1. Resumen de la tierra distribuida durante la aplicación de la
Ley
de Reforma Agraria, 1952 – 1954[14]

Hectáreas[15] expropiadas y repartidas

584,558

Beneficiarios

54,000

Promedio de hectáreas repartidas per capita

10.8


El efecto que tuvo esta ley en el mercado de factores de producción es parecido al que se dio en Europa después de la peste bubónica. Después de la plaga negra, en la que murió entre un tercio y la mitad de la población de Europa, la cantidad de terratenientes disminuyó, lo que liberó muchas de las tierras. Esto incrementó la oferta terrenal, bajó su precio y volvió la adquisición más accesibles para campesinos[16]. Al mismo tiempo, muchos de los campestres murieron también debido a la plaga, por lo que la fuerza laboral disminuyó. Este desplazamiento de la oferta de trabajadores aumentó los salarios de estos. El cambio de precios y propiedades llevó a que los campesinos pudieran progresar a mayor velocidad que en tiempos pasados. [17]

Estos efectos económicos posteriores a la plaga son muy similares a los ocasionados por la reforma agraria. Durante la primera cosecha después de la implementación de la ley, el ingreso promedio del campesino aumentó de Q225.00 anuales a Q700.00[18] anuales. Algunos analistas dicen que las condiciones en Guatemala mejoraron después de la reforma y que hubo una “transformación a fondo de la tecnología agrícola como resultado de la disminución en la oferta de mano de obra[19].” El aumento del nivel de vida también sucedió en Europa en el siglo XV, y al mismo tiempo se dieron avances tecnológicos de gran magnitud. Los faltantes de fuerza laboral después de la peste fue “la madre de las invenciones.” [20]

Los beneficios no fueron limitados únicamente a la clase trabajadora de campos debido a la reforma. Hubo incrementos en consumo, producción e inversión privada interna. La siguiente información demuestra el incremento de actividad económica[21]:

Tabla 2. Actividad económica entre 1943 y 1953

1943

1953

Cambio %

Población

2,368,662

3,092,155

30.5

PIB, total

131,613,600

558,281,300

324.18

PIB, per capita

55.56

180.55

225

Consumo nacional total

113,584,700

432,421,600

280.7

Consumo nacional per capita

47.95

139.84

191.64

Inversión privada interna

3,931,400

38,669,800

883.6

La Reforma Agraria causó numerosos cambios en Guatemala. Muchos campesinos fueron beneficiados de la reforma, a costa de los dueños de las tierras ociosas. Pero creó un cambio en la estructura económica y en los factores de producción muy parecida a los de sucesos históricos donde desaparecen grandes porcentajes de la población. En 1954, el presidente Arbenz se ve obligado a renunciar la presidencia debido a una invasión por el general Carlos Castillo Armas patrocinado por la CIA (Central Intelligence Agency) de los Estados Unidos de América[22]. Castillo Armas quita la Ley de Reforma Agraria y restaura las tierras a sus terratenientes, incluyendo la UFCO. Esta ley fue criticada desde varios puntos de vista, pero independientemente de la ideología detrás de la reforma, esta tuvo un gran impacto en la estructura social, la economía y la historia de Guatemala.

Bibliografía

Schlesinger, Stephen and Kinzer, Stephen. Bitter Fruit: The untold store of the American Coup in Guatemala. Doubleday & Company, Inc. 1982.

Cardoza Y Aragón, Luís. La Revolución Guatemalteca. 2nd ed. México: Talleres De Ediciones Don Quijote, S.A., 1994.

de Soto, José M. Aybar. Dependency and Intervention: The Case of Guatemala in 1954. Westview Press. 1978.

Guerra-Borges, Alfredo. Apuntes para una interpretación de la Revolución guatemalteca y su derrota en 1954, Anuario de Estudios Centroamericanos. 1988, pagina 114.

Monteforte Toledo, Mario. Guatemala: Monografía sociológica.

Schneider, Ronald M. Communism in Guatemala 1944-1954. Frederick A. Praeger, Inc., Publishers.

Decreto 900 Ley de la Reforma Agraria. Leyes tomo CCXXXV, páginas 957, 958, 959, 960, 961 y 962, publicado en el Diario Oficial el 17 de junio de 1952.

Sabino, Carlos. Guatemala, la historia silenciada (1944 – 1989): Tomo I, Revolución y Liberación. Fondo de Cultura Económica de Guatemala S.A. 2007.



[1] Cardoza y Aragón, Luís. La Revolución Guatemalteca. 1995. Pagina 27.

[2] Luís Cardoza y Aragón, La Revolución Guatemalteca, 1955. Pagina 98-99

[3] Schneider, Ronald M. Communism in Guatemala 1944-1954. Frederick A. Praeger, Inc., Publishers. 1959. Paginas 25 – 30. Estas fueron las primeras elecciones democráticas en Guatemala. La población era de tres millones de guatemaltecos y los extranjeros podían votar. Arévalo ganó las elecciones con una cifra cerca del 90%.

[4] Lujan Muñoz, Jorge. Breve Historia contemporánea de Guatemala. Fondo de Cultura económica. 2000. Pagina 267.

[5] Las propiedades con terrenos mayores a 270 hectáreas eran consideradas como latifundios.

[6] Schneider, Ronald M. Communism in Guatemala 1944-1954. Frederick A. Praeger, Inc., Publishers. Pagina 44.

[7] Decreto 900: Reforma Agraria. Capitulo IV, Articulo 32.

[8] Censo Agropecuario. 1950.

[9] Un kilómetro cuadrado es igual a 247.105 acres

[10] La ley de la Reforma Agraria fue aprobada el 17 de junio de 1952 por el presidente Jacobo Arbenz Guzmán, el presidente del congreso Julio Estrada de la Hoz, el secretario del congreso Marco A. Villamar Contreras, el secretario Alfonso Fortuny y el ministro de economía y trabajo Roberto Fanjul.

[11] Censo Agropecuario. 1952.

[12] Esto se hizo para prevenir que los latifundios compraran las tierras de las que fueron expropiados e indemnizados. Después de cierto tiempo (determinado por los Comités Agrarios Departamentales) se le entregaba la propiedad.

[13] Decreto 900: Reforma Agraria. Capitulo I, Articulo 4.

[14] Monteforte Toledo, Mario. Guatemala: Monografía sociológica. Pagina 443.

[15] 1 hectárea = 10,000 m2

[16] Existía un sistema feudal en Europa antes de la peste bubónica, por lo que la mayoría de los campesinos no tenían tierras y tenían que cultivar la de los terratenientes para sobrevivir.

[17] Gottfried, Robert. 1985. The Black Death: Natural and human disaster in medieval Europe. New York, NY: Free Press. Paginas 134 – 139.

[18] El tipo de cambio era fijo con respecto al dólar, por lo que estos montos son el equivalente en dólares de 1952.

[19] Guerra-Borges, Alfredo. Apuntes para una interpretación de la Revolución guatemalteca y su derrota en 1954, Anuario de Estudios Centroamericanos. 1988, pagina 114.

[20] Gottfried, Robert. 1985. The Black Death: Natural and human disaster in medieval Europe. New York, NY: Free Press. Pagina 142.

[21] Luís Cardoza y Aragón, “La Revolución Guatemalteca”, 1955. Pagina 100. Los cambios durante estos años no fueron debido únicamente a la Reforma Agraria. Durante la administración del presidente Juan José Arévalo hubo un gran incremento en la actividad económica. Pero estos cambios si son en parte debido a la reforma. Del año 1952 al 1953, hubo un aumento de 5.3 veces el ingreso per capita a diferencia de 1950 a 1951 del 2.6 (de Soto, José M. Aybar. Dependency and Intervention: The Case of Guatemala in 1954. Westview Press. 1978. Para información sobre la desigualdad económica en 1950, ver la pagina 155)

[22] Para mayor información sobre la intervención de los Estados Unidos de América en el derrocamiento de Jacobo Arbenz, ver los siguientes libros: Perkins, John. Confessions of an Economic Hit Man. Schlesinger, Stephen. Bitter Fruit: The untold store of the American Coup in Guatemala.

El Feudalismo de la United Fruit Company

Mauricio Zachrisson Girón
Colaborador

Hasta 1944 fuimos un Estado dentro de una compañía extranjera.
Una banana republic con la libertad de Jonás en el vientre del monstruo.

Luís Cardoza y Aragón

A principios y mediados del siglo XX, Guatemala, la tierra de la eterna primavera como la llaman sus habitantes, vivía bajo un sistema que no permitía la modernización. Los guatemaltecos parecían estar condenados a no prosperar, estaban muy lejos de la promesa de su querida tierra. Las condiciones de vida eran malas, donde un 75.8% de la población caminaban descalzos.[1] Gobernados por dictadores corruptos y controlados por empresas extranjeras, la soberanía no estaba en manos del pueblo. Las instituciones antiguas y estáticas eran una herramienta poderosa para los dueños del país. Creaban un entorno de inestabilidad y de polarización social. No existía la democracia ni la participación popular en el gobierno. Pero este sistema cavaba su propia tumba.

Existía una gran brecha entre las clases sociales en Guatemala. Las diferencias entre los pobres y los ricos eran muy notables en términos de posesión de tierras y salarios. En el año 1950, la distribución terrestre estaba concentrada en un grupo muy pequeño de la población; 76% de los habitantes poseían menos del 10% de las tierras, mientras un 2.2% de los guatemaltecos eran dueños del 70% del terreno nacional. Veintidós personas controlaban en promedio más de 23,000 acres cada uno, mientras otras 259,169 tenían un promedio de 3.1 acres cada uno[2]. Estos eran de los pocos terratenientes guatemaltecos, ya que un 57% de los campesinos no poseían tierras.[3] Los empleados del sector comercial ganaban 16 veces más que los trabajadores del campo. El sector agrícola empleaba un 67.7% de la fuerza laboral, quienes recibían únicamente el 34% del salario nacional.[4] La mayoría de las tierras cultivadas pertenecían a empresas extranjeras. Estas mismas eran las que brindaban trabajo a la mayoría del campesinado. La empresa extranjera más grande en Guatemala era la United Fruit Company.

La United Fruit Company (UFCO) era una compañía estadounidense que se dedicaba a la producción y venta de banano. Esta compañía estaba presente en todos los países de Centro América (excepto Panamá) y algunos países del Caribe. Su sede más importante era Guatemala, donde poseía 563,000 acres de tierra, de las que sólo cultivaba 14,630.[5] Esta compañía tenía mucho control sobre la política guatemalteca, le decían El Pulpo, ya que sus tentáculos llegaban a todos los gobiernos de Centro América. En 1904 Manuel Estrada Cabrera le entregó el ferrocarril, Puerto Barrios[6], y las líneas telegráficas a la compañía[7]. Según el contrato, los guatemaltecos no le podían comprar el ferrocarril a la empresa por 99 años, hasta el año 2003. La empresa estadounidense Internacional Railways of Central América (IRCA) toma control del ferrocarril. La UFCO era accionista mayoritario de la IRCA. La compañía frutera también tenía el monopolio sobre las vías de transporte del Atlántico al Pacifico. La Empresa Eléctrica de Guatemala, S.A. originalmente de dueños alemanes, fue expropiada durante la Primera Guerra Mundial y concedida a esta compañía estadounidense. “Como culminación [de los monopolios de la United Fruit Co.], al llegar al puerto de la Frutera, en un barco de la Frutera, el guatemalteco toma el ferrocarril de la Frutera. En consecuencia, no hay modo de escapar a la ubicua compañía Frutera” (Cardoza y Aragón, 1955).

Los monopolios de la UFCO junto con el porcentaje de tierras que poseían y las influencias políticas que tenía en el gobierno crearon en Guatemala un sistema parecido al feudal en Europa entre 1050 y 1347 antes de la peste bubónica. La economía de Europa dependía de la agricultura. Las tierras eran la fuente de riqueza más importante, por lo que tenerla significaba riqueza y poder económico. Durante esta época, los terratenientes no cultivaban sus tierras, eran los campesinos que se dedicaban al cultivo, los que por lo general no poseían tierras. Los sembradores tenían que darles la siembra a los dueños de las tierras y estos les recompensaban con alimentos y algunas veces con alguna remuneración. La tercera clase social era la curia, los que por medio de la religión mantenían un orden en la sociedad[8]. Los terratenientes tenían control sobre las tierras, lo que limitaba las opciones de actividades económicas de los campesinos.

Este sistema social que predominaba en Europa entre los siglos XI al XIV tiene mucho en común con el que existía en la tierra de la eterna primavera en los años cincuentas. La economía de Guatemala, al igual que en Europa medieval, dependía de la agricultura. Este sector de la economía conformaba el 100% de las exportaciones, siendo el 75% de café, 15% de banano (93% de estas por la UFCO) y 10% del algodón, chicle, maderas, té de limón y cueros. Por lo tanto en Guatemala las tierras también formaban la mayor parte de las riquezas. Haciendo una comparación, se puede decir que los dueños de las tierras en Europa eran el equivalente al 2.2% de terratenientes en Guatemala (en especifico UFCO), los campesinos que no poseían tierras son los trabajadores del campo guatemaltecos que cultivaban, mas concreto son los 57% de campestres que no poseían tierras, y la curia de Europa es el equivalente a los dictadores que gobernaron Guatemala a finales del siglo XIX y principios del siglo XX (por ejemplo; Manuel Estrada Cabrera y Jorge Ubico).

Estos políticos fueron los que mantuvieron a la Frutera con el control de las tierras. De la misma manera que en Europa medieval los terratenientes influían mucho en la curia para mantener sus tierras, El Pulpo intervenía en la política guatemalteca para asegurar sus propiedades. La UFCO como propietaria de las tierras tenía control sobre las riquezas del país. La única forma que un trabajador de campo sin terreno pudiera sobrevivir, era trabajando para la compañía extranjera, o para otro propietario. Si un campesino terrateniente quería transportar su producto del Atlántico al Pacifico, lo tenía que hacer por medio de la IRCA. Si quería exportar o importar producto lo tenía que hacer por medio del puerto y los barcos de la bananera. Si deseaba tener energía eléctrica, enviar un telegrama o usar las estaciones de radios[9], lo tenía que hacer por medio de la Frutera. El feudalismo de la United Fruit Company no se limitaba al control de las tierras, pero se expandía a las actividades económicas más importantes de Guatemala.

La historia ha demostrado que el progreso económico y social de las sociedades va muy atado al desarrollo de conceptos de propiedad. Cuando los cazadores nómadas se convirtieron en agricultores sedentarios, hubo un cambio en el concepto de propiedad, transformándose de propiedad comunal a propiedad colectiva. Este cambio fue necesario para que existieran incentivos que hiciera sostenible la agricultura a largo plazo[10]. La evolución de la propiedad luego dio un cambio de ser colectiva a privada. Este es el sistema que existía en Guatemala durante la década de los cuarentas. En esta época pareciera que la propiedad privada estaba evitando el progreso en vez de promoverlo. United Fruit Company solo cultivaba el 2.6% de sus tierras y el 60% del terreno nacional no estaba siendo cultivado, limitando la oferta disponible para producción, mientras la cantidad de campesinos dispuestos a trabajar en terreno ajeno era muy alta. La tierra por ser necesaria para cultivar y existiendo poca oferta tenía un precio muy alto. La cantidad de trabajadores disponibles era mayor a la requerida para cultivar, por lo que el salario era muy bajo.

El desarrollo económico y social por lo tanto no depende únicamente de la institución de la propiedad, pero también de la posibilidad de distribución de la misma.

Carlos Sabino en su libro Guatemala, la historia silenciosa,(páginas 165-171) argumenta que la distribución de las tierras no tiene efecto sobre el desarrollo económico debido a que siempre existirá desigualdad de propiedad y que las tierras que están sin cultivar es porque no es rentable cultivarlas, por lo que otorgárselas a los campesinos no brinde beneficio alguno. Ludwig von Mises también expone lo mismo en Teoría e historia: Una interpretación de la evolución social y económica. En la pagina 357 dice que “la idea de la igual distribución de la tierra es una perniciosa ilusión. Su puesta en practica hundiría a la humanidad en la miseria y el hambre y destruiría la civilización misma.” Este análisis es inadecuado debido a que en Guatemala durante las décadas de los cuarentas y cincuentas, la UFCO, otras empresas e individuos tenían contratos gubernamentales donde se establecía que no podían estar a la venta las tierras que se les otorgaron. Esta es también una razón por la cual la Frutera tenía 97% de sus tierras en ocio. Esto destruye la posibilidad del cálculo económico ya que no existe un precio para esas tierras, por lo que sí interfiere con el desarrollo económico.

En Guatemala el progreso era muy difícil, ya que aunque existía la propiedad privada, estaba en manos de unos pocos, que por contrato gubernamental no estaban a la venta[11]. La UFCO tenía control de las tierras, pero también tenían privilegios otorgados por el gobierno que aumentaba el precio de estas, lo que hacia más difícil la distribución terrenal entre la población. De igual manera el monopolio que tenía esta compañía sobre los servicios en el país estaba protegido por el Etado, como el ferrocarril, lo que volvía imposible la entrada de competencia en servicios. Esto mantenía el precio de los servicios altos. Los campesinos por lo tanto tenían un ingreso bajo y los factores de producción eran inaccesibles o tenían un precio alto, limitando así la posibilidad de que los trabajadores de campo progresaran.

Durante principios y mediados del siglo XX, existían pocas fuerzas sociales en Guatemala; los campesino, las empresas extranjeras (UFCO)[12] y los políticos. Samuel Hungtington explica que sucede en un país subdesarrollado con esta característica. Dice que “en una sociedad en la que sóo conviven unas pocas fuerzas sociales, un grupo – guerreros, sacerdotes, una familia determinada, un grupo étnico o racial – puede dominar a los otros e inducirlos eficazmente a aceptar su autoridad[13].” En el caso de Guatemala, El Pulpo fue esta fuerza social que logro dominar a los otros grupos.

El sistema que prevaleció en Guatemala entre 1900 – 1944 fue de un feudalismo controlado por la United Fruit Company. Un entorno donde existía propiedad privada, pero esta no fomentaba el progreso ni el desarrollo. Los guatemaltecos vivían en un país donde la soberanía estaba en manos de las empresas extranjeras. Estas personas que controlaban la tierra de la eterna primavera estaban manteniendo tranquila a una fuerza que estaba por rebelarse. Este sistema no fue estable a largo plazo. Después de 1944, se dan cambios drásticos por el pueblo que cambia la historia de Guatemala. “Hasta 1944 fuimos un Estado dentro de una compañía extranjera. Una banana republic con la libertad de Jonás en el vientre del monstruo[14]” (Cardoza y Aragón).

Bibliografía

Cardoza Y Aragón, Luís. La Revolución Guatemalteca. 2nd ed. México: Talleres De Ediciones Don Quijote, S.A., 1994.

Huntington, Samuel P. El Orden Político En Las Sociedades En Cambio. Ediciones Paidos Ibérica, 2003.

Perkins, John. Confessions of an Economic Hit Man. Penguin Group. 2006.

Gottfried, Robert. 1985. The Black Death: Natural and human disaster in medieval Europe. New York, NY: Free Press.

North, Douglas and Thomas, Robert P. The First Economic Revolution. The Economic History Review, 1997.

Schlesinger, Stephen and Kinzer, Stephen. Bitter Fruit: The untold store of the American Coup in Guatemala. Doubleday & Company, Inc. 1982.

El Mes económico y Financiero. Guatemala 20 de Marzo, 1950.

James, Daniel. Red Design for the Amercias: Guatemalan Pelude. 1954



[1] “El Mes económico y Financiero”, Guatemala 20 de Marzo, 1950.

[2] Un kilómetro cuadrado es igual a 247.105 acres

[3] Luís Cardoza y Aragón, “La Revolución Guatemalteca”, 1955. Pagina 98-99

[4] “El Mes económico y Financiero”, Guatemala 20 de Marzo, 1950.

[5] Daniel James, “Red Design for the Americas: Guatemalan Pelude”, 1954 paginas 162 – 163. Basados en datos de The United Fruit Company: “Datos de la Compañía Agrícola de Guatemala y la United Fruit Company del año 1953.” Estos datos incrementaron en años siguientes.

[6] Al entregarles el ferrocarril y Puerto Barrios, les entrego los monopolios protegidos gubernamentalmente sobre el único ferrocarril y puerto en Guatemala

[7]Bitter Fruit”, Stephen Schlesinger and Stephen Kinzer, 1982. Pagina 67.

[8] Gottfried, Robert. “The Black Death: Natural and Human Disasters in Medieval Europe”, 1985. Sobre mas información sobre la situación demográfica, económica, política y social de Europa de 1050 – 1347, ver capitulo 2.

[9] La UFCO también tenía el monopolio sobre las frecuencias de radio y los servicios radiotelefónicos internacionales. Eran dueños de Tropical Radio y de Telegraph Company. tenían un gran control sobre la oferta, cerraban sus servicios inclusivamente hasta al gobierno a las ocho de la noche, cuando todavía había gente demandando los servicios. (Cordoza y Aragón, 1955).

[10] Douglas North and Robert Paul Thomas, “The First Economic Revolution”, The Economic History Review, 1997. Pagina 234-236

[11] Luís Cardoza y Aragón, “La Revolución Guatemalteca”, 1955. Pagina 35

[12] La United Fruit Company fue en todo momento respaldado por el gobierno de los Estados Unidos de América. En los años después de la revolución del ’44 logra ver el control que UFCO tenía no solo en el gobierno de Guatemala, pero también en el gobierno de los Estados Unidos de América.

[13] Samuel Huntington, “El orden político en las sociedades en cambio”, 2003. Pagina 20.

[14] Luís Cardoza y Aragón, “La Revolución Guatemalteca”, 1955. Pagina 19