20 diciembre 2007

Año nuevo

Lisardo Bolaños Fletes
Investigador Asociado
CIEN

Estamos a pocos días de iniciar un nuevo año. Esto representa e reinicio del círculo: repetir los ritos, las ceremonias y las costumbres. Esto significa revivir momentos, que van desde la emoción y alegría del día del cariño a la nostalgia de los cumpleaños de aquellos que se fueron. La sensación de que las cosas se repiten nos da cierta tranquilidad y aunque no todas las cosas nos generan alegría, reafirman nuestra individualidad.

Estamos a pocos días de iniciar un nuevo año. Y aunque se reinicia el círculo, el círculo no es, ni tiene que ser exactamente el mismo de hace 365 días. Por ello, es necesario reconocer las diferencias y trabajarlas para lograr un mejor año. Por ello, antes de iniciar el año, debiéramos detenernos por unos minutos para planificar las principales metas que queremos alcanzar para el año 2008. La idea parece muy aburrida y demasiado soñadora, pero es muy útil.

La utilidad de planificar permite enfocarnos en aquellos grandes deseos que tenemos. Si no tenemos ni siquiera una leve idea de aquellas metas que nos gustaría alcanzar, difícilmente vamos a tomar las decisiones correctas. Por ejemplo, si nuestro interés es lograr un mayor salario, debiéramos de identificar cómo lograr esta meta. Hay varias opciones, podemos: a) ver cuáles son las opciones que nos puede ofrecer la empresa donde trabajamos; b) buscar un nuevo empleo; o c) iniciar un nuevo negocio. Estas tres opciones traen consigo distintos caminos de acción. Podríamos empezar a ahorrar para pagar cursos de capacitación o para comprar mercadería para revender. Sin embargo, si no nos ponemos la meta de ganar más, podríamos no ponernos a ahorrar y, por lo tanto, podríamos dificultar cumplir con nuestra meta.

A veces, un año es una meta muy corta para muchas cosas que queremos realizar. Si estamos estudiando secundaria, muchas veces se requiere el sacrificio de varios años para poder obtener los conocimientos y las relaciones sociales para ganar una buena cantidad de dinero. Lo mismo sucede con ser un buen padre, un buen hermano o un buen hijo. Y son estas grandes metas, de largo alcance, las que debemos concretar en pequeñas acciones. Reducir el tiempo de juego en las semanas previas a los exámenes es una acción pequeña que puede tener resultados que se acumulan y se vuelven beneficiosas con el pasar de los años. Lo mismo resulta de ofrecerse a hacer tareas dentro de la casa, ponerse a jugar con los hermanos o pasar una tarde platicando con nuestros papás.

Planificar significa detener el reloj. Es unir el pasado, el presente y el futuro. Y aunque muchas veces la vida no se parece en nada a nuestros planes, tiene su recompensa el sentarse una tarde de diciembre a pensar.

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