02 marzo 2008

Generación de Empleo

Hugo Maul Rivas
Director Área Económica
CIEN

“Se hace lo que se puede. Por acá no hay mucho empleo. Si tuviéramos que pagar el salario mínimo y las prestaciones de ley ya no saldría el negocio”. Así explicaba un agricultor la situación que viven cientos de miles de campesinos y trabajadores en el área rural de Guatemala. Aunque nuestra economía genera empleo, la mayoría de éste no llega a convertirse en empleo formal; no se gana el salario mínimo, no se reciben los beneficios que la ley laboral indica ni se trabaja de manera continua suficiente tiempo para generar mejores ingresos. Esta escasa capacidad de generación de empleo formal de nuestro sistema económico, y del arreglo institucional prevaleciente, son dos de las principales causas que explican el creciente aumento del sector informal, los procesos migratorios, el sub-empleo y los niveles de pobreza.

Las relativas bajas tasas de crecimiento económico observadas en las últimas décadas, sumadas a las bajas tasas de capitalización (físico y humano), el limitado crecimiento de la productividad y de la tecnología, han dado como resultado que la demanda por trabajadores formales no sea capaz de absorber el crecimiento vegetativo de la población. Aunque en aquellos períodos durante los cuales la economía ha experimentado tasas de crecimiento relativamente elevadas, el empleo formal ha aumentado, durante las épocas de crisis el empleo formal se ha reducido más rápidamente que la economía. En promedio, por cada punto de crecimiento que se expande la economía, el empleo formal crece menos que proporcionalmente. Es decir que el aparato productivo formal requiere cada vez de menos empleo formal para sostener las mismas tasas de crecimiento que antes. Lo cual implicaría tasas de crecimiento económico mucho más elevadas para generar una expansión en el empleo formal capaz de reducir gradualmente el sub-empleo, desempleo e empleo informal. No se diga nada de la necesidad de que dicho proceso deba ser sostenido a lo largo del tiempo.

Si bien la capacidad de generar empleo formal a partir del crecimiento económica es baja a nivel agregado, a nivel sectorial se observa que el comercio y los servicios han mostrado una capacidad de generar empleo más rápidamente que el resto de la economía. Capacidad que se explica, en parte, por el nivel relativamente bajo de salarios en dichas actividades económicas. Situación nada alentadora a largo plazo. Sin mayor acumulación de capital físico y humano, mejor infraestructura, física e institucional, mayores niveles de competencia en sectores claves de la economía y mayor flexibiidad en la regulación laboral, es difícil creer que el empleo formal pueda crecer rápidamente en Guatemala. El crecimiento económico ayuda, pero no lo puede resolver todo.

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