14 julio 2008

Petrocaribe Otra Vez

Hugo Maul Rivas
Director del Área Económica
CIEN

Según la teoría económica básica, el tipo de ajuste que se requiere ante perturbaciones transitorias es muy diferente al ajuste ante perturbaciones permanentes, y de confundirse uno por el otro, los costos pueden resultar muy altos. Toda perturbación que afecta negativamente el poder adquisitivo requiere un ajuste en el consumo. Cuando la perturbación negativa es transitoria, es decir, cuando la misma desaparece después de un tiempo, el nivel de ajuste es menor al que se requiere cuando la perturbación es permanente.

En términos de consumo, no es lo mismo estar desempleado por una semana que quedar desempleado permanentemente. En el primer caso, el endeudamiento es una estrategia para no sacrificar grandemente los niveles de consumo presentes. En el segundo caso, salvo que se reciba algún regalo, el ajuste debe ser drástico e inmediato. El endeudamiento durante un período de “vacas flacas” se justifica si luego, en el período de vuelta a la normalidad, se puede generar un ahorro para repagar la deuda. Cuando la perturbación negativa es permanente, como puede ser el caso con el precio del petróleo, no hay posibilidad de utilizar el endeudamiento como un mecanismo para evitar el ajuste en el consumo ya que las posibilidades de repago serán cada vez más complicadas.

El hecho de tener financiamiento barato no libera al gobierno de la necesidad de ajustarse ante la desmejorada situación macroeconómica. Aunque los términos del financiamiento sean muy blandos, Petrocaribe es, al final de cuentas, más endeudamiento. Y dado que la decisión de endeudarse no es sólo función de la tasa de interés y el plazo, sino también del destino de los recursos y la capacidad futura de pagar la deuda de regreso, habría que estar muy atentos al destino que se le dan esos recursos. Es de crucial importancia que el gobierno no pretenda expandir el gasto público bajo el amparo de dicho financiamiento. La necesidad de mejorar la calidad y eficiencia del gasto público, de mantener el déficit fiscal limitado a su mínima expresión, cuestiones que, dicho sea de paso, también manda el Pacto Fiscal, son la única garantía de que los fondos derivados de Petrocaribe no pasen a engrosar las filas de decenas de préstamos internacionales que no han tenido ningún impacto social, pero que sí se estamos hoy pagando con nuestros impuestos. Petrocaribe no exime al gobierno de la necesidad de ajustarse ante una perturbación negativa permanente, como tampoco de los costos de confundir un cambio permanente con uno transitorio.

1 comentario:

Pedro dijo...

Ruego disculpen mi ignorancia, pero en ningún medio he visto si el acuerdo suscrito es por la compra de veinte mil barriles de diesel y otros veinte de bunker o un total de veinte mil en x proporción de uno u otro carburante diarios. Por otro lado, no encuentro la duración del programa, un año, dos,(?). Les agradezco me aclaren esto