01 junio 2008

¿Aumentar o reducir impuestos?

Hugo maul Rivas
Director Área Económica
CIEN

Quienes abogan por aumentar impuestos están convencidos de que el gobierno puede utilizar los recursos de una manera más productiva, socialmente hablando, que lo que podrían hacerlo las familias. Quienes abogan por reducir impuestos creen exactamente todo lo contrario. Frente a la difícil situación que atraviesa la economía nacional, quienes desean aumentar impuestos consideran importante que el gobierno maneje una mayor cantidad de recursos para hacer frente a las demandas sociales que podrían surgir. Quienes desean reducir impuestos consideran que en esta situación es mucho más importante que las familias tengan a su disposición la mayor cantidad de recursos posibles. Los que desean aumentar impuestos sostienen, correctamente, que una reducción de impuestos debilitaría las posibilidades del gobierno de atender algunas de sus funciones principales, además de debilitar aún más la reducida capacidad recaudatoria del Estado. Quienes favorecen la reducción de impuestas aducen, correctamente, que es urgente buscar mecanismos que alivien los golpeados presupuestos familiares. Unos y otros tienen cierto grado de razón.

El problema radica, posiblemente, en el hecho que históricamente los aumentos de impuestos, sean estos moderados o pequeños, terminan saliendo muy costosos para la bolsa del contribuyente, mientras que las reducciones, sean estas grandes o moderadas, se traducen en imperceptibles ahorros para el consumidor. Como bien dice un refrán norteamericano, generalmente “un pequeño aumento de impuestos le cuesta doscientos dólares al contribuyente mientras que una substancial reducción le ahorra apenas treinta centavos”. Dada esta posibilidad, y dada la situación que actualmente atraviesa y atravesará la economía, tal vez no sea tiempo ni de reducir ni de aumentar los impuestos. Si no se aumentan, el gobierno tendría, al menos, la certeza de contar con un monto de recaudación bastante parecido a la actual. Monto que, dicho sea de paso, bien utilizado, focalizado y priorizado podría dar mejores resultados que los que hoy se obtienen. Si no se reducen los impuestos, las familias tendrían, por lo menos, asegurado un nivel de ingresos parecido al que tienen hoy en día. Aunque la opción de no aumentar ni reducir impuestos no gusta a ninguna de las partes en contienda, es importante reconocer que, por lo menos, podría llegar a ser una opción menos incierta y menos costosa para todas las partes. Lo cual, dado el panorama futuro de la economía, podría ser una de las opciones más prudentes que se tengan a la mano.

1 comentario:

Anónimo dijo...

lo que quiere escuchar la gente es ya no impuestos, o menos impuestos pero nunca mas impuestos es lógico. Pero nadie quiere pagar impuestos pero si quiere servicios del gobierno... entonces como le hacemos?