22 junio 2008

Hugo Maul Rivas
Director del Área Económica
CIEN

Aumentar la tasa del Impuesto sobre la Renta del 5% al 7% parece algo insignificante. Sin embargo, tal modificación equivale a un 40% de aumento respecto de la tasa existente. A pesar de todas las críticas que puedan hacerse al régimen del 5%, su operación nos enseña la importancia que tienen las tasas impositivas bajas, las amplias bases gravables y la simplicidad en el cálculo y pago del impuesto en la capacidad de recaudación de un impuesto. Y en este caso específico, la importancia de que el impuesto “se cuide a sí mismo”. En otras palabras, que los contribuyentes tengan suficientes incentivos para declarar voluntariamente sus obligaciones tributarias, sin necesidad de una supervisión constante por parte de la SAT. Usando la terminología del análisis económico de los contratos, esto es equivalente a decir que el mecanismo bajo el cual opera el impuesto incorpore un amplio “rango de auto-cumplimiento”, dentro del cual el contribuyente cumpla su parte del “contrato” sin necesidad de que la otra parte, la SAT en este caso, accione todos los mecanismos de supervisión y sanción que tiene a su disposición.

Ese “rango de auto-cumplimiento” es una función directa de la simplicidad de cálculo y pago del impuesto y, sobre todo, de la tasa del impuesto. Mientras más baja sea la tasa, más incentivos tendrán los contribuyentes a declarar todas sus rentas y evitarse problemas con la autoridad tributaria. De esa cuenta, aunque la tasa sea baja, la base sobre la cual se paga el impuesto puede ser mucho más realista y, en consecuencia, la recaudación puede ser mayor que cuando se utilizan tasas impositivas más altas. La función de la SAT, claro está, no desaparece, sino simplemente se minimiza y se circunscribe a dar lecciones ejemplares en lugar de vigilar a todo mundo. De esa cuenta, aunque el régimen general del 5% no corresponda al “Nirvana Ultra-Teórico” que muchos técnicos tienen en mente, también habría que reconocer que la SAT no puede vigilar todo el tiempo a todos y cada uno de los contribuyentes, por lo cual una dosis importante de auto-cumplimiento es crucial para la adecuada recaudación de los impuestos. Desafortunadamente, un simple aumento de 5% a 7%, que en el papel y en una visión lineal de las cosas no parece mayor cosa, podría poner en riesgo los mecanismos hasta hoy han favorecido el auto-cumplimiento por parte de los contribuyentes.

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