23 septiembre 2007

¿Por quién vas a votar?

Hugo Maul Rivas
Director Área Económica
CIEN

“Da lo mismo; la vida de la gente común y corriente sólo puede empeorar. No importa que ganen los de la “mano tiesa” o los del “gavilán”, de seguro nos va a ir peor a todos”. Esta conversación entre dos de mis amigos resume el sentimiento negativo que muchos tienen respecto a la elección presidencial. Aunque la mofa a los partidos es puramente circunstancial, igual se habrían inventado algo más en caso de ser otros los partidos en contienda, la connotación que tiene asociar lo “tieso” con lo “duro”, en el caso del Partido Patriota, y un “gavilán” con una “paloma blanca”, en el caso de la UNE, es muy interesante. Coloquialmente hablando, “tieso” hace referencia a la muerte, a la cesación de la vida, y gavilán a la tendencia al hurto, el robo y la rapiña.

¿Quién, teniendo que escoger entre tales opciones, podría estar optimista? Ahora bien, en dónde han quedado todas las promesas electorales en donde se nos ofrece solución a todos nuestros problemas y en donde los candidatos se presentan a sí mismos como salvadores del pueblo. ¿Por qué muchos siguen sin creer en los mensajes y en los mensajeros? ¿No será acaso porque en lugar de “Mesías” lo que ven son “pecadores”? Políticos, sin duda bien intencionados, que al llegar al poder estarán sujetos a un sistema de incentivos, controles y responsabilidades que los obliguen a “portarse bien”. Políticos que en lugar de “Mesías” están condenados a terminar como “viles pecadores”.

¿Qué impide reformar el marco institucional que promueve tales aberraciones? En principio nada, sólo haría falta la voluntad de querer hacerlo. En la práctica no es tan sencillo, ya que no puede esperarse que los políticos comunes y corrientes sean quienes hagan tal cosa. Estos, una vez “sentados en el trono”, no tienen incentivo alguno para introducir reformas que limiten el uso del poder. Dada esta realidad no extraña que gente como mis amigos en lugar de hacer referencia la firmeza, en el caso del PP, hagan una referencia velada a la muerte; y en lugar de la hacer referencia a la búsqueda de la paz mediante medidas conciliadoras, en el caso de la UNE, hagan una referencia velada a la rapiña. En el fondo saben bien que son muy altas las probabilidades de que cualquier político sucumba ante las tentaciones del poder y no cumpla sus promesas. Para eso, añadió uno de mis ellos, “si querés votar, mejor vota por Carlos Peña; ese muchacho sí cumple. Además, cada voto por Carlos cuesta menos de la mitad de lo que nos costó votar en la primera vuelta electoral”.

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