14 enero 2008

Compromiso

Lisardo Bolaños Fletes
Investigador Asociado
CIEN

Lo más difícil de tener un negocio propio -me dijo ella mientras me cortaba el pelo- es el compromiso.

Me sorprendió la respuesta, porque realmente no la esperaba, por eso le tuve que preguntar a qué se refería. Me respondió que lo más difícil era mantener el compromiso hacia sus trabajadoras, sus proveedores y sus clientes.

-Resulta algo angustiante acostarse por las noches y pensar que al final de la quincena debes pagar el salario de tus empleados y pagar las facturas del teléfono, el agua, la luz y los productos para el cabello. Además, nadie te regala nada, para lograr hacer tantos pagos yo sólo puedo confiar en mi capacidad para atraer clientes y mantenerlos. No hay de otra forma. Tienes que levantarte todas las mañanas y dar lo mejor de ti a los clientes y mantener animadas a tus empleadas.

Hizo un silencio, tomando un respiro y terminó: -Cuando todo eso termina, hay que conservar energía para atender a la familia. Finalmente, es por ellos que uno hace todo el esfuerzo para que puedan estudiar en un buen lugar y darles uno que otro gustito.

Compromiso es hacer el esfuerzo por mantener la promesa dada. Usualmente pensamos en compromiso cuando hablamos sobre la familia, cuando conocemos y queremos a las personas involucradas. Y a pesar de ello, tenemos problemas manteniendo el compromiso. Por eso, hablar de compromiso en el terreno comercial suele ser especialmente complicado porque la mayoría de las veces no nos une a las personas un vínculo emocional. No son nuestros padres, hermana o novia, es el proveedor de gelatina para el pelo que vemos una vez cada quince días.

Mientras me seguía cortando el pelo, me di cuenta que esa no suele ser la percepción que tiene la gente de los empresarios. Claro, la percepción muchas veces cambia producto del carácter y la personalidad del empresario, habiendo unos inspiradores y bondadosos y otros tiránicos e insoportables. Lastimosamente, si tuviéramos una economía mucha más competitiva y que favorece la empresarialidad, este último tipo de empresarios serían los de menos éxito, porque los buenos empleados fácilmente encontrarían nuevos empleos.

Antes de terminar me contó de su nieta que tenía tres años y de cómo sus hijos habían aprendido una lección importante: trabajar duro y esforzarse por lo que sueñan.

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