25 agosto 2007

Planes de Gobierno

Hugo Maul Rivas
Director Área Económica
CIEN

Si no ha leído dichos planes no se ha perdido de nada trascendental, al menos en lo que respecta a la parte económica. Los planes de los tres partidos que encabezan las encuestas son una muestra de que cada vez estamos más conscientes que no se puede llegar al gobierno a improvisar”. Sin embargo, después de leer muchas de las acciones, políticas y estrategias que en ellos se consignan, surge la duda si no sería “mejor que faltara a que sobrara, sobre todo cuando se trata de propuestas que no tienen pies ni cabeza”. Son tantas los objetivos que se pretenden alcanzar que resulta imposible ordenarlos de manera coherente, de forma que no compitan unos con otros.

Sin duda alguna, la situación que vive el “país requiere de liderazgo político, credibilidad y capacidad para generar confianza dentro de la sociedad. Un buen plan de gobierno puede ayudar en este sentido. Sin embargo…es necesario… especificar cuáles serán las medidas concretas que se tomarán en el corto y mediano plazo”. Y sobre todo, el orden de prioridades de las medidas que se pretenden adoptar. Un conjunto de acciones debidamente priorizadas, donde se identifique no sólo el qué sino también el cómo, es de vital importancia para “moderar las expectativas de la población respecto de lo que pueden esperar o no de las políticas públicas. Elemento crucial que incide en la capacidad que puede tener un gobierno para solicitar sacrificios y ajustes a la población”.

No obstante, los políticos deberían tener muy claro que “publicar un plan de gobierno no garantiza nada, salvo llenar algún espacio vacío en una estantería de biblioteca. La confianza se gana por medio de de promesas creíbles, decisiones coherentes e integrales y, sobre todo, mediante acciones concretas dentro de un marco de referencia bien definido”. Al igual que ha sucedido en el pasado, a intervalos regulares de cuatro años, los planes de gobierno está vez se vuelven a caracterizar por la falta de especificidad, incongruencia entre los objetivos y poca coherencia entre las distintas políticas. Una vez más, tal y como lo anotara Samuel Pérez, lector de la edición electrónica de elPeriódico, hace un par de semanas, se repite la “sarcástica teoría de los ciclos…ahí está: la misma columna, con los mismos contenidos... ah… solo que ahora ya hay chance de que los que pensaron lo mismo al leerla, lo puedan escribir en el blog. Deja vu, que le dicen”. Salvo el comentario de Samuel, el resto de fragmentos entre comillas provienen de los comentarios publicados en esta columna dos semanas antes de la elección del año 2003. La historia vuelve a repetirse, al menos cuanto a los debates y a los planes de gobierno.

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