09 julio 2007

DR-CAFTA: Un año Después (II)

Hugo Maul Rivas
Director Área Económica
CIEN

Aunque un año es un período muy corto para evaluar las bondades del DR-CAFTA, la tendencia de largo plazo de las exportaciones parece mostrar un cambio positivo a raíz de la vigencia del tratado. Aunque positivo, dicho cambio no es tan grande como a muchos nos hubiera gustado. Sin embargo, tampoco es para que uno se alarme. Los procesos productivos necesitan tiempo para madurar. Aunque las oportunidades estén disponibles y los empresarios estén dispuestos a tomarlas, producir y exportar no es algo tan sencillo como simplemente presionar un botón o frotar una lámpara mágica.

El primer año de vigencia del DR-CAFTA ha servido para que muchos empresarios e inversionistas reconozcan el terreno en el cual deberán jugar durante los próximos años. Este proceso de reconocimiento es de especial importancia para quienes no participaban de antemano en actividades relacionadas con el comercio internacional. Este proceso de maduración y aprendizaje era algo que todos sabíamos que tenía que suceder; identificar oportunidades y preparar el proceso productivo no es algo que ocurra de la noche a la mañana. De esa cuenta, no causa sorpresa que muchos de quienes se han visto beneficiados sean quienes ya exportaban y vieron mejorada su condición competitiva a causa del tratado.

Las oportunidades que se deriven del tratado serán función de la estabilidad en las reglas del juego y del grado de certeza respecto de la evolución futura de incentivos, restricciones y oportunidades en el país. El hecho que el tratado no haya cambiado de la noche a la mañana a Guatemala no debe llevarnos a sacar conclusiones apresuradas acerca de la deseabilidad del mismo. Mucho menos en el actual ambiente electoral, en donde la mayoría de políticos andan buscando a quién o a qué culpar de los males que sufre nuestro país.

En la medida que la población se familiarice más con el tratado, que los empresarios lo entiendan mejor, que las políticas de gobierno empiecen a dar sus frutos, los procesos productivos se adapten a las nuevas exigencias y se vayan resolviendo los problemas existentes, se irán viendo los resultado del tratado. Y como con cualquier asunto de esta dimensión, en la medida que se avance en la consolidación del tratado surgirán imprevistos que deberán ser solucionados sobre la marcha. Lo importante es que durante todo este proceso la política económica en torno al tratado mantenga una coherencia mínima y una dirección definida.

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