27 mayo 2007

Informalidad: Salida y Exclusión

Hugo Maul Rivas
Director Área Económica
CIEN

Ese es el título del libro que presentó la semana pasada el Banco Mundial. La profundidad del análisis sumada a la capacidad de “influir la agenda” que tiene dicha organización, seguramente tendrá como consecuencia que el tema de la economía informal se ponga nuevamente de moda. Esta vez sería bueno que todos aquellos que tienen “voz autorizada” dentro del debate nacional se informaran ampliamente al respecto. Para el análisis del caso general de América Latina se tiene este libro; para el caso particular de Guatemala existen muchos estudios (quienes tengan mayor interés pueden descargar gratuitamente desde el sitio www.cien.org.gt el libro titulado “Economía Informal: Superando las Barreras de un Estado Excluyente”).

Aunque el asunto de la economía informal pueda parecer un buen tema de campaña electoral, sería bueno darse cuenta de la complejidad del fenómeno antes de proponer soluciones imposibles de cumplir. Pretender eliminar la economía informal obligando a que todos los empresarios y/o trabajadores informales paguen impuestos o adquieran patentes de comercio es el tipo de solución simplista que no produce mayores resultados. Estas y otras regulaciones gubernamentales carecen de sentido para la mayoría de los informales. No se pagan impuestos porque no se ven los beneficios de hacerlo; no se formalizan las empresas ya que no se ven los beneficios de hacerlo. Por otro lado, muchas veces las soluciones simplistas resultan contraproducentes para lo que pretende lograr. Por ejemplo, aumentar los castigos a quienes incumplen las regulaciones sólo promueve mayor resistencia hacia las mismas y un mayor grado de informalidad.

La informalidad no se va a reducir por el simple hecho de fortalecer los mecanismos de control y castigo asociados con el cumplimiento de las reglas formales. Tampoco se va a reducir por el simple hecho de facilitar el cumplimiento de regulaciones. Es necesario entender que buena parte de la informalidad es el producto de una adaptación gradual ante regulaciones inadecuadas que carecen de sentido para las personas y que, además, implican costos mayores los beneficios que se derivan de su cumplimiento. Presionar para que se cumplan este tipo de regulaciones y/o aumentar el alcance de las mismas, sólo promoverá mayores grados de informalidad. Entre otras cosas, hace falta adoptar una estructura de reglas formales generales que hagan atractiva la formalización y que, a la vez, sean accesibles a toda la población

1 comentario:

Lisardo Bolaños dijo...

Agregaría yo:

a) que se genere mediante espacios que promuevan decisiones que se hagan sentir por la población como legítimas;

Por ejemplo, si se va a realizar reordenamiento de los vendedores ambulantes, existen muchas alternativas sobre cómo realizarlo. Permitir el espacio para evaluar las alternativas y mostrar sus ventajas y desventajas permitiría a la autoridad contar con la posibilidad de lograr mejores consensos.

b) evaluar la racionalidad (la razón de ser) de los requisitos.

Por ejemplo, ¿hasta qué punto debe lucharse en contra del contrabando, cuando el mismo está vinculado con mantener aranceles que benefician a unos pequeños grupos empresariales, en contra de menores precios para los consumidores?

Lo mismo sucede con la patente de comercio. ¿Cuál es la racionalidad del mismo?