10 noviembre 2006

Impacto de las Remesas

Verónica Spross de Rivera
Directora del Área Social
CIEN

La proporción de las remesas en la economía continúa creciendo. Nuestro principal producto de exportación es la gente guatemalteca que decide buscar un futuro más allá de las fronteras. El volumen de remesas en este año se espera supere los 3 mil millones de dólares y representa cerca de un diez por ciento de la economía nacional (PIB). Constituyen así una fuente importante de recursos para grupos poblacionales del área rural y muchos de ellos se encontraban en situación de extrema pobreza cuando comenzaron a ser beneficiarios de estos flujos de recursos financieros.

Diversas organizaciones, incluyendo a organismos internacionales, agencias de países extranjeros, universidades, centros de investigación, el Banco Central y otras entidades relacionadas con las finanzas han promovido estudios para entender mejor la naturaleza de quienes las envían y quienes son los recipiendarios de éstas. Se cuenta, por ejemplo, con las encuestas a hogares con relación a las remesas que ha llevado a cabo la Organización Internacional para las Migraciones, OIM, por más de tres años. También el Banco Interamericano de Desarrollo, BID, ha hecho varios y presentará un nuevo estudio.

En el 2005 la OIM indicó que más de un millón de guatemaltecos residentes en el extranjero enviaban remesas a sus familiares. El principal país receptor de migrantes es Estados Unidos. Siete de cada diez migrantes eran hombres. Los beneficiarios ascienden a cerca de 3.7 millones de personas. La mayoría de recipiendarios de las remesas son hijos, jefes de hogar o cónyuges. La mayor parte de las remesas provienen de personas radicadas en California y Florida. El departamento en el cual se recibe la mayor cantidad de remesas es Guatemala, seguido por San Marcos y Huehuetenango. Es interesante ver cómo el 65 por ciento de los migrantes envían el dinero por medio de transferencias electrónicas.

Uno de los aspectos más interesantes del análisis es el destino de las remesas ya que en el 2005 la mitad se destinaba para el consumo, incluyendo alimentos y ropa; pero, un 15 por ciento iba para ahorro e inversión. Otra porción igual se destina a la inversión social, que incluye la inversión en educación y salud. Este monto representa un aumento desde la encuesta del año anterior. Cerca de 3,500 millones de quetzales se destinaron a la educación. Este monto es de gran relevancia porque implica que no solamente se está destinando a educar el presupuesto del Ministerio de Educación, sino que también las familias están haciendo esfuerzos importantes por mejorar el nivel educativo. Esta inversión tendrá un efecto positivo en los indicadores educativos y en la realidad social de muchos niños y jóvenes, que tendrán un mejor futuro del que tuvieron sus padres.

El aspecto más trascendente de las remesas es la fuente de capital para inversión productiva que éstas representan. Una buena parte de los recipiendarios de remesas cuentan con una micro o pequeña empresa, generando más de 140 mil empleos. La mitad de quienes tienen un negocio quieren ampliarlo. Sin embargo, les falta capacitación en el área empresarial para desarrollar su capacidad de gestión; carecen de capacitación en el área técnica; y, necesitan más conocimientos en mercadeo. Las remesas, bien orientadas, en algún tiempo podrían lograr un cambio en la realidad socioeconómica de comunidades enteras.

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