17 febrero 2008

La Inversión Extrajera.

Hugo Maul Rivas
Director Área Económica
CIEN

Si bien es cierto que las disposiciones del DR-CAFTA referentes al tratamiento de la inversión extranjera constituyen un importante avance regulatorio e institucional, todavía hace falta mucho por hacer. Desde el fortalecimiento financiero e institucional de oficinas como Invest in Guatemala hasta el desarrollo de una adecuada base de infraestructura. Aunque la vigencia misma del DR-CAFTA es de por sí una buena carta de presentación, es necesario un compromiso fuerte y creíble por parte del gobierno de colaborar en todo lo posible con los inversionistas extranjeros. Colaboración que va desde el desarrollo de campañas internacionales de promoción del país como destino para la inversión extranjera hasta el acompañamiento de los potenciales inversionistas el proceso que conlleva establecer una nueva inversión el país. Proceso que incluye desde la disponibilidad de información macro tradicional hasta información detallada a nivel de sectores y sub-sectores económicos. Lo cual requiere de promotores de inversión, investigadores especializados que analicen las ventajas potenciales del país y las tendencias de los mercados y que generen información relevante para los inversionistas extranjeros interesados en el país. Este proceso implicaría también un adecuado acompañamiento en todo lo que se refiere al cumplimiento de los trámites legales y burocráticos que se exigen para operar en el país. Claro está, siempre y cuando dicha colaboración no termine en tratamientos preferenciales y privilegios para dichos inversionistas.

En la medida que se establezca una buena reputación acerca de las facilidades que ofrece Guatemala para el establecimiento de la inversión extranjera, así como del compromiso de gobierno de respetar sus compromisos y no manipular de manera oportunista las regulaciones existentes, más fácil será promover las inversiones en Guatemala. No obstante, no hay que olvidar que factores “macro” como la estabilidad económica, la certeza jurídica, el nivel de capacitación de la mano de obra, la seguridad, etcétera, son condiciones básicas para atraer cualquier tipo de inversión. Teniendo claro que la preocupación más importante de todo inversionista es la certeza jurídica respecto de su inversión. Y aunque que las reglas incorporadas por el DR-CAFTA abonan en sentido positivo para reducir dicha incertidumbre, todavía no estamos en condiciones de competir con otros países en donde impera un verdadero Estado de Derecho.

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