25 junio 2007

Tomando ansias

José Rául González Merlo
Miembro de Junta Directiva
CIEN

La Asociación Nacional del Café – ANACAFE - divulgó un comunicado de prensa en el que expresa su preocupación por la ventaja que pudiera tomar el café de Costa Rica sobre el chapín ahora que establecieron relaciones diplomáticas con Pekín a costa de romper con Taiwán. La consecuencia lógica de esa preocupación sería que dicha supuesta “desventaja” nos debería llevar también a romper relaciones diplomáticas con Taiwán. Tomémonos una tasa de café descafeinado y analicemos la situación serenamente.

Pekín condiciona las relaciones diplomáticas con ellos a desconocer la existencia de Taiwán como nación y como nosotros reconocemos a Taiwán, eso no permitiría que nuestro café se exportase a China continental. ¿Quiere decir que nuestra agroindustria cafetalera está condenada? Nada que ver.

El sueño de todo cafetalero es que cada chino se tome una tasa de café al día. ¿Se imagina lo que subiría la demanda de café si eso llega a ocurrir? Más de mil tres cientos millones de tacitas de café diarias son un montón de quintales. ¿Y se imagina lo que pasaría con el precio? ¿Cuánto cree que necesitamos exportar a China continental para que los caficultores guatemaltecos se beneficien de ese fenómeno? ¡Nada! No importa a quién le compren los chinos; el precio internacional subirá para beneficio de los productores guatemaltecos, colombianos, brasileños, ticos, etc. Es exactamente lo mismo que ocurre con el petróleo; cuando aumenta la demanda: su precio sube. Si Chávez le vende petróleo a los Chinos, igualmente se beneficiarán los árabes saudíes que le venden petróleo al resto del mundo.

El punto es que ANACAFE no debe estar “tomando ansias” por el hecho de que Costa Rica acceda a exportar café a China continental. Es más, ojala que los ticos logren que los chinos aumenten significativamente su consumo. Como hemos visto, eso será de beneficio para todos los productores mundiales. Así como los colombianos han gastado millones en promover a Juan Valdez para aumentar el consumo de café en los EUA, está bien que los ticos renuncien al apoyo de Taiwán para promover el consumo de café en la China continental. Además, nos dejan espacio libre de cooperación con Taipei.

En conclusión: mejor que sean otros los que paguen los costos de aumentar el consumo global. Nosotros dediquémonos a cortejar a los consumidores gourmet y a explotar nichos en el mercado mundial de café que sí estarían dispuestos a pagar una prima sobre el precio internacional. ¿O no es nuestro café mejor que el tico y el colombiano? ¿Entonces?

23 junio 2007

Atrayendo Inversión

Hugo Maul Rivas
Director Área Económica
CIEN

Las disposiciones del DR-CAFTA crean, sin duda, un clima propicio para la atracción de inversión extranjera hacia nuestro país. Si a esto se suma la posibilidad de acceder al mercado norteamericano y la proximidad geográfica de Guatemala con dicho mercado, nuestras posibilidades deberían ser muy grandes. No obstante, es importante comprender la naturaleza de la decisión que toma el inversionista; para muchos inversionistas internacionales, no especializados en inversiones especulativas o “mercados exóticos”, Guatemala es un lugar, en el mejor de los casos, un destino prometedor pero poco conocido.

Por tanto, quizás la mejor forma de vendernos afuera no solo sea por medio de nuestras ventajas competitivas, sino por medio de nuestro compromiso con la certeza jurídica de las inversiones. Si bien es cierto que las reglas del DR-CAFTA dan mucho más seguridad al inversionista que antes, también es cierto que nuestro país representa un determinado riesgo independientemente del tipo de reglas contenidas en cualquier tratado. Es así como, cualquier proceso de promoción de inversiones, sean estas de origen doméstico o extranjero, requiere, antes que nada, de seguridad y certeza jurídica. Es decir, seguridad que, en determinado momento, las inversiones y el retorno de las mismas no van a ser confiscadas por las autoridades. Es crucial comprender que esta es una de las preocupaciones más importantes de todo inversionista, sobre todo en la medida que más “hunda” su capital en un lugar determinada, en la medida que sea más difícil salir huyendo ante la menor amenaza.

En este sentido juegan un papel muy importante la política tributaria, la definición y defensa de los derechos de propiedad, la legislación ambiental, la discrecionalidad de los funcionarios, etcétera. La incertidumbre en el manejo de las políticas públicas, sobre todo en aquellas que pueden utilizarse para confiscar de manera directa, o indirecta, las inversiones y el retorno de las mismas constituyen un pesado lastre en la labor de atracción de inversiones. Y lo que es más, aún bajo condiciones de perfecta seguridad jurídica sobre la inversión, esta podría no ser suficiente. Para que una inversión sea rentable hace falta también ciertas condiciones básicas como infraestructura, marcos regulatorios eficientes y efectivos, políticas macroeconómicas predecibles, capacitación de la mano de obra, etcétera. Todo esto nos muestra que el DR-CAFTA, por sí mismo, aunque importante en la atracción de inversión requiere de otra serie de condiciones para dar los resultados esperados.

19 junio 2007

¿En qué está el MP?

José Raúl González Merlo
Miembro de Junta Directiva
CIEN

La gestión de Juan Luis Florido como Jefe del Ministerio Público – MP - corre el riesgo de quedar marcada por uno de los hechos, aparentemente, menos relevantes, pero más simbólicos de su administración: la forma como el MP trató el caso Trejo.

¿Se recuerda del chofer de autobús que, en defensa propia, mató a un criminal con diez ingresos a la cárcel cuando éste lo asaltaba junto con otros tres ladrones? Pues, de acuerdo a los reportes de prensa, el MP solicitó se le condenara a la pena máxima. Así como lo ve: ¡la pena máxima! ¿Por actuar en defensa propia?

Como era de esperarse, al conocerse semejante situación, hubo un importante levantamiento de opinión pública a favor de Trejo. El tribunal, luego de privarlo de libertad por casi un año, terminó absolviéndolo. Algunos creen que “se hizo justicia”. Yo creo que se corrigió una gran injusticia. Trejo no era un criminal como los que matan chóferes todos los días. Trejo defendió su vida. Es un héroe.

Ahora resulta que, en declaraciones a la prensa, funcionarios del MP insinúan que apelarán la sentencia y continuarán con la “cruzada” por condenar criminalmente a Trejo. ¿Qué pretende el MP que dirige Florido? ¿Cuál es la razón de ensañarse en contra de un humilde chofer de bus que fue injustamente encarcelado? ¿Cómo se puede justificar que el MP gaste y haya gastado sus escasos fondos y tiempo de sus fiscales persiguiendo con saña a este honrado ciudadano? ¿Por qué no usaron y usan ese tiempo, recursos y esfuerzo en perseguir a los verdaderos criminales?

El Jefe del MP y sus fiscales nos están enviando un mensaje preocupante: “aquel que se defienda del crimen será perseguido como el peor de los criminales. Mientras tanto, los peores criminales pueden dormir tranquilos, el MP estará velando porque sus derechos humanos no vayan a ser violados cuando la ciudadanía honrada se atreva a defender”. Vaya mensaje… pero es cierto porque los hechos hablan más que las palabras.

Alguien pensará que el Jefe del MP tiene otros casos más importantes que atender comparado con uno de cientos de asesinatos “de bajo impacto” que ocurren en Guatemala. Tienen razón. Pero este caso en particular es de “alto impacto” en la moral de los ciudadanos. Si la policía nacional es incapaz de protegernos y el MP se va a ensañar en contra de la ciudadanía por defenderse; estamos aún peor de lo que creíamos. Juan Luis Florido debe salir públicamente y darnos las explicaciones de este caso y de la forma como su gente va a seguir tratando casos similares. Hoy es Trejo. Mañana puede ser cualquiera de nosotros.

Crecimiento: Un Debate Pendiente

Hugo Maul Rivas
Director Área Económica
CIEN

La sencilla regla del “70” es suficiente para mostrar lo poco útil que resulta debatir acerca del “verdadero” valor de la tasa de crecimiento del PIB, sobre todo cuando esta se encuentra en valores cercanos al 4% o 5%. Según la regla antes mencionada (una forma abreviada para calcular la cantidad de tiempo requerido para que una inversión se duplique), hace poca diferencia que el PIB esté creciendo a una tasa de 5.1% o 5.2% por año. En el primero de los casos se requerirían unos catorce años y dos meses años para duplicar el valor del PIB (70 dividido 5.1); en el segundo unos trece años y ocho meses (70 dividido 5.2). Menos de un año de diferencia, suponiendo que tales estimaciones son correctas.

El hecho que el BANGUAT revise sus estimaciones de crecimiento para el 2007, de 5.1% (la estimación hecha a finales del 2006) a 5.2% (la revisión realizada durante el primer trimestre de 2007), no tiene mayores implicaciones para el nivel de vida de los guatemaltecos. Desde la perspectiva de la mejora del nivel de vida de los guatemaltecos lo importante sería pasar de tasas de crecimiento cercanas al 5% a tasas superiores al 7% por año. Por ejemplo, si en lugar de crecer al 5% creciéramos al 8% por año, el PIB se duplicaría en sólo nueve años. Si se considera que con tasas de crecimiento económico cercanas al 5% el PIB per capita apenas crece 2.5% por año, resulta que para duplicar esta última medición se requerirían uno treinta años; con tasas de crecimiento del 8% el PIB per capita se duplicaría en unos trece años. Este sería el tipo de diferencias que sí hacen diferencia.

Claro está, el reto consiste en alcanzar altas tasas de crecimiento de manera sostenida en el tiempo, no solamente de vez en cuando. Aunque una tasa del 5% es mejor que una del 4%, no tiene mucho sentido pensar que se ha ganado algo muy importante con dicho cambio. Conformarse con este tipo de diferencias nunca hará la diferencia. En lugar de perder mucho tiempo debatiendo acerca de qué tan precisas y creíbles son las estimaciones del BANGUAT deberíamos estar pensando en cómo elevar la tasa de crecimiento y hacerla sostenible en el tiempo. No está demás decirlo, en base a puras promesas y buenas intenciones no llegaremos muy lejos.

11 junio 2007

Se busca otro político

José Raúl González Merlo
Miembro Junta Directiva
CIEN

¿Quién quiere ser político? ¿Usted? ¿Dejaría su profesión, su carrera, su empresa para convertirse en candidato o funcionario público? ¿Por qué? ¿Para qué? En mi opinión, hay tres respuestas: un idealismo romántico para “servir a su país”; el ansia de poder y la oportunidad para “pasar de zope a gavilán” utilizando el poder para enriquecerse.

Por ello es que, a pesar de los esfuerzos de algunos presidentes, la política rara vez atrae a los mejores profesionales. No suele ser el lugar para hacer una carrera legítimamente exitosa. Por otra parte, es un lugar en donde fácilmente se cae en el enriquecimiento ilícito. Proyectos como PACUR, las denuncias del FOGUAVI y tantos otros, son ejemplos de que el presupuesto de gastos de la nación es una tentación demasiado grande.

Es difícil ganar prestigio en política. Alguna vez se ha preguntado: ¿de qué viven los políticos? ¿De qué viven los candidatos presidenciales? Algunos dicen que el partido les paga todos sus gastos. Otros quizás vivan de sus ahorros. Quien sabe. Lo cierto es que, al llegar al poder; ya sea al Congreso o al Ejecutivo, su situación económica, con contadas excepciones, mejora a niveles incompatibles con la compensación nominal de sus cargos.

Ciertamente que “el sacrificio” de participar en política tiene sus recompensas; todo depende del nivel de escrúpulos de la persona. Lamentablemente, hemos creado un sistema con incentivos tan perversos que, en general, el idealismo cede su espacio a las ansias de poder y al enriquecimiento ilegítimo.

No creo que la cosa sea distinta en otros países del mundo; desarrollados o no. Lo que sí hace una gran diferencia es la calidad de las instituciones creadas para velar que los políticos no abusen tanto desde sus posiciones. En los EUA, por ejemplo, Nixon tuvo que renunciar y diversos diputados y funcionarios han sido procesados por actos de corrupción. En nuestros países esa no suele ser la norma.

En todo caso, el problema de la calidad de participación política se resuelve con una mayor participación política de personas que, entre otras cosas, lleguen a fortalecer las instituciones que deben controlar sus abusos: el Ministerio Público, la Contraloría General de Cuentas, los tribunales de justicia. Sin embargo, evidentemente ha habido muy poco interés y por ello seguimos como estamos. Peor aún, no se ve factible que esto cambie en las próximas elecciones. Solamente nos queda procurar que el resto de ciudadanos tengan claro el problema y comenzar a ser parte de la solución.

Protección al consumidor

Hugo Maul Rivas
Director Área Económica
CIEN

“Las malas ideas económicas nunca mueren, solamente cambian de forma”. El aumento en los precios de los combustibles, los efectos directos e indirectos que conlleva, es capaz de resucitar hasta la más mala de las ideas económicas. Claro está, tan hábilmente disfrazada que confunde hasta al más experto de los expertos. Dada la multiplicidad de disfraces que tales ideas pueden tomar, y la importancia del tema subyacente, es importante recordar que detrás del mismo se encuentra el anhelo de proteger al consumidor. En nombre de la aparente posición menos ventajosa del consumidor dentro de una transacción y los supuestos abusos que se dan dentro de una economía no regulada, gobernantes y políticos llenos de (supuestas) buenas intenciones harán todo lo posible por proteger al consumidor. A pesar que tal protección implique poner en práctica ideas que se sabe bien no han dado los resultados deseados.

En términos generales, la mejor forma de proteger al consumidor es mediante una intensa competencia entre los oferentes, vendedores, dentro de un mercado. Mientras más competitivo sea un mercado, tarde o temprano, mejores tendrán que ser las condiciones que se ofrezcan al consumidor: menores precios y mejor calidad. Invariablemente, cada vez que se ha buscado proteger a los consumidores mediante regulaciones sobre las acciones de los oferentes el resultado ha sido el contrario. Las intervenciones gubernamentales que reducen la intensidad de la competencia entre los productores, que impiden la transparencia en el uso de la información dentro del mercado e impiden el adecuado funcionamiento del sistema terminan generando mercados oligopólicos y asegurando ganancias extraordinarias para los productores.

En pocas palabras, la protección al consumidor se transforma en protección al productor. Y, al igual que dijera Milton Friedman hace unos treinta años en un célebre debate acerca del tema en cuestión: “no se confundan, estoy del mismo lado que ustedes, del lado de los consumidores”. Por tanto, aunque no lo parezca, la protección al consumidor depende de mejorar el desempeño de los mercados, haciéndolos más competitivos, de generar más y mejor información, que facilite al consumidor la toma de decisiones, de garantizar el cumplimiento de los contratos y de facilitar la resolución de conflictos entre compradores y vendedores

04 junio 2007

Dobles víctimas

José Raúl González Merlo
Miembro Junta Directiva
CIEN

La delincuencia en Guatemala ya es insoportable como para que el Ministerio Público – MP – y los tribunales de justicia la agarren en contra de las víctimas de los criminales. Prensa Libre resaltó la semana pasada el caso de José Natividad Trejo, chofer de bus que, en el ejercicio de su legítima defensa, ha permanecido injustamente encarcelado acusado de homicidio.

La nota resalta que en Noviembre de 2005 el bus que manejaba Trejo fue asaltado por cuatro criminales con armas hechizas. En defensa de su persona y de sus bienes, Trejo mató a uno de ellos con el arma que portaba legalmente. Como “el que nada debe, nada teme”, permaneció en la escena esperando que llegaran las autoridades. Al arribar la policía, lo primero que hicieron fue arrestarlo y enviarlo a prisión. Un año y medio más tarde, los mal llamados “tribunales de justicia” lo mantienen injustamente encarcelado destruyendo su ya precaria economía familiar. El sistema judicial guatemalteco ni siquiera le permitió salir libre bajo fianza para que pudiera seguir ganándose la vida honradamente.

El caso llora sangre. ¿En qué planeta viven el MP y el sistema judicial guatemalteco? Tan sólo en lo que va del año, veintiún pilotos del transporte urbano han sido asesinados. ¿Acaso hay el mismo número de capturados esperando sentencia? No, ¿verdad? El único capturado es el chofer que tuvo el valor y la oportunidad de defenderse matando a un criminal que tenía diez ingresos a la cárcel. Quiere decir que el MP está más ocupado acusando víctimas que ladrones y que los tribunales están más dedicados a encarcelar inocentes que criminales consuetudinarios.

Con ese nivel de “eficiencia”, no nos debe extrañar que la gente se tome la justicia por su propia mano en la forma de “limpieza social” y linchamientos. La pregunta del millón es ¿por qué no se le aplica a Trejo “todo el peso de la ley” del artículo 24 del Código Penal? Precisamente el artículo que habla de una de las causas que eximen la responsabilidad penal: “Legítima defensa: quien obra en defensa de su persona, bienes o derechos, o en defensa de la persona, bienes o derechos de otra, siempre que concurran las circunstancias siguientes: a) Agresión ilegítima; b) Necesidad racional del medio empleado para impedirla o repelerla; c) Falta de provocación suficiente por parte del defensor.

Este emblemático caso es una desgracia para los ciudadanos honrados, para el MP y para el Organismo Judicial. El MP debe solicitar la suspensión del juicio y retirar los cargos. Los tribunales lo deben dejar en libertad. Mientras esto no ocurra, el caso Trejo es una vergüenza nacional. Trejo debe estar libre. Es un héroe. No un criminal.

03 junio 2007

Servicio Civil: Tema Olvidado

Hugo Maul Rivas
Director Área Económica
CIEN

Menos del 40% de todos los puestos dentro del sector público requieren de habilidades técnicas, profesionales o gerenciales. Poco más del 5% de las plazas autorizadas requieren de titulación universitaria (pre-grado) y ninguna requiere de especializaciones de post-grado. Menos del 2% de todos los servidores públicos cuenta con un título a nivel de maestría. Casi el 20% de todos los nombramientos dentro del servicio civil obedecen a designaciones políticas. Y, por supuesto, más del 85% de las personas en puestos gerenciales dentro del gobierno son removidos cada cuatro años. Para más detalles, visitar la página http://unpan1.un.org/intradocgroups/public/documents/CLAD/

clad0047408.pdf.

A pesar de estos indicadores, casi todo el debate al respecto se reduce a un asunto de “conquistas laborales” y de mayores niveles salariales. Sin ser experto en el tema, me parece que el problema de fondo no es ese. La experiencia de Taiwán y su servicio civil parece indicar que un elemento esencial detrás de toda reforma es la introducción de exámenes de aptitud para quienes deseen ingresar al servicio civil. Es tan importante esto en Taiwán que hasta un poder del Estado tienen a cargo del asunto (Examination Yuan). La aprobación de estos exámenes es un asunto tan serio que requiere varios años de estudio y dedicación por parte de quienes aspiran a ingresar al servicio civil.

Si a lo anterior se le suman los incentivos correctos, la posibilidad de planeación a largo plazo y límites estrictos a la discrecionalidad de los funcionarios, es bastante factible que gradualmente se consolide una tecnocracia capaz de hacer que funcione adecuadamente el gobierno. Capaz de poner en práctica políticas de estado, no simplemente políticas de gobierno, las cuales cada cuatro años cambian de rumbo. En lugar de que cada cuatro años lleguen nuevos equipos a “aprender” como funciona la cosa pública, un servicio civil fortalecido no sólo permitiría la continuidad de las políticas sino la estabilidad institucional del sector público. Asunto que, según recuerdo, debería ser del interés de todos, salvo de los anarco-capitalistas y anarco-comunistas que sueñan con la abolición del Estado. En nuestro caso, mientras no cambien las características e incentivos que rigen dentro del servicio civil, es casi imposible que el gobierno cumpla sus funciones de manera efectiva y eficiente. Ya sea que tales funciones sean mínimas o ultra-mínimas, como anhelan unos, o máximas o ultra-máximas, como anhelan otros.