15 diciembre 2006

¿Herejías Laborales?

Hugo Maul Rivas
Director Área Económica
CIEN

El tema laboral, al igual que el tema tributario, es uno de esos en donde está prohibido contradecir a la “doctrina oficial”, so pena de ser declarado hereje y enemigo de la humanidad. Afortunadamente, los “intérpretes oficiales”, y sus patrocinadores internacionales, parecen todavía no tener el poder para acallar a quienes se atreven a criticar sus doctrinas. Por eso me parece tan importante transcribir parte del debate que se suscitó en torno a mi columna de la semana pasada. En la versión electrónica de elPeriódico, algunos defendieron oficiosamente la doctrina reinante y algunos otros, reaccionaron con cautela y sano escepticismo. Ese es el caso de Don José Antonio Morales, estimado lector a quien no he conozco personalmente, quien, a mi juicio, puso el “dedo en la llaga”.

Ante la pregunta de José Antonio de si “¿acaso no ha sido benéfica la lucha constante la que han librado los trabajadores desde la Revolución Industrial, para lograr mejores condiciones de vida? ¿Acaso no ha sido positivo el giro laboral que se dio a partir de la Gloriosa Revolución de Octubre de 1944? ¿O es que preferimos esa situación de esclavitud de la colonia?”, no me queda más que decir que, efectivamente como él entendió, nadie está criticando dichos procesos. Lo que se critica es que, “los mismos NO ESTAN DISPONIBLES para gran parte de la población… y que, si insistimos en lograr una legislación laboral con mayores beneficios, serán cada vez MENOS los trabajadores guatemaltecos que los podrán gozar”. Ahora bien, “¿tiene sentido esa preocupación? ¿Podemos seguir incrementando la legislación laboral a favor de los trabajadores (formales, según Maul), y generar empleo a ese 60% de la Población Económicamente Activa que no es trabajadora? Y OJO, porque hice cálculos y resulta que ese 60% son como 3 millones de personas”. Mi respuesta es no, aunque eso ponga en duda la doctrina oficial.

Coincido con José Antonio en que “esa es una pregunta difícil. Probablemente, sea la pregunta más difícil que debamos respondernos los guatemaltecos, si realmente queremos que nuestro proyecto político sea viable”. Lamentablemente, según parece, ni los intérpretes oficiales, ni sus patrocinadores transnacionales, están interesados en discutir esa pregunta. Ellos, aparentemente movidos por buenas intenciones, sólo piensan en proteger a los trabajadores y no en que el proyecto político sea viable. O, a lo mejor, tal vez tienen un interés oculto en que el proyecto no sea viable. Por eso la importancia de cuestionar las “medias verdades”, como los “interpretes oficiales” acostumbran a llamar a los argumentos que les disgustan, detrás de la legislación laboral.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Me parece muy interesante el análisis que realiza Don José Antonio Morales, ya que como afirma el Dr. Maul, pone el dedo en la llaga. Creo que como se afirma, las mejoras de las condiciones laborales en el área industrial han sido positivas, pero debemos verlas desde una perspectiva distinta a la que inspiró a los creadores de nuestro Código Laboral, y esta es, como una negociación entre el contratante y el contratado, el demandante y el oferente, y no de la forma marxista, que no ve más que el expoliador y el expoliado. Si vemos la búsqueda de mejoras de condiciones laborales como una sana negociación entre partes, nos daremos cuenta que sí pueden salir todos ganando. Esto se puede lograr por medio incluso de sindicatos (pero que no posean una condición todo poderosa otorgada por el estado, sino como una organización que funcione como vía de comunicación entre las partes). Muchos de nuestros amigos de izquierda deberían comprender que nuestro ideal (hablo por la derecha en general) no es que los trabajadores hagan más ricos a los empresarios, sino que todos mejoremos nuestra condición. Las fórmulas de "papá estado" han probado estar equivocadas desde el punto de vista económico y social, no hay que seguirle dando vueltas al asunto.

Pedro David España Valle
UFM, FCE, 20040054