Inflación: ¿Batalla perdida?
Director Área Económica
CIEN
Ante las divergencias observadas entre la tasa de inflación y la meta de política, es bastante comprensible que las autoridades monetarias se encuentren reacias a tomar cualquier medida que pueda significar una expansión en la liquidez en el sistema. Controlar la inflación puede implicar un mayor deterioro en la actividad económica debido a los faltantes de liquidez. No controlar la inflación, aunque pudiera permitir cierto repunte en la actividad económica, tendría un costo muy alto para la población y a largo plazo no se ganaría mayor cosa. La situación es complicada, buena parte de la carestía de la vida no tiene nada que ver con las medidas del banco central como tampoco la posibilidad de crecimiento a largo plazo. Sin embargo, por la forma en que funciona el sistema, es a éste a quien se le exigen las soluciones. Aunque la posibilidad de reactivar la economía por medio de la expansión monetaria siempre está presente, los niveles observados de inflación hacen de tal posibilidad una apuesta demasiado riesgosa. Aunque controlar la inflación implique cierto deterioro de corto plazo en la actividad económica, parece ser que, dado el estado de las cosas, es lo más prudente por hacer. A pesar de todas las críticas que puedan hacerse contra la disciplina fiscal y monetaria, al día de hoy parecen ser el camino más seguro a seguir. Y, por supuesto, el resto del sector público tomando decisiones coherentes, consistentes y creíbles en los demás campos de la política económica.
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