30 abril 2007

Privatizando el sindicalismo

José Raúl González Merlo
Miembro Junta Directiva
CIEN

Hay treinta y cinco millones de razones por las cuales la niñez guatemalteca no está asistiendo a las escuelas estatales. Ese botín disfrazado bajo la figura de “honorarios legales” es el incentivo perverso más grande que pueda existir para impedir que la educación estatal sea algún día de calidad. Es lo que alimenta a un sindicato más interesado en conservar sus privilegios que en elevar la calidad de la educación.

La Asamblea Nacional del Magisterio – ANM – ha cumplido sus amenazas y se declaró en huelga. Las clases han sido suspendidas. La semana pasada, cínicamente, anunciaron otras “sorpresas”. Las “sorpresas” resultaron ser bloqueos de calles y carreteras. Su propósito es conseguir que el gobierno les firme el nuevo pacto colectivo de condiciones de trabajo lleno de “prestaciones”: comisariato para los maestros, vehículos y combustible para los miembros del sindicato, feriados entre muchas otras excentricidades. Y, por supuesto, los Q35 millones de “honorarios legales” para sus “abogados”.

¿Qué no estarán dispuestos a hacer por Q35 millones? Detener el tráfico y la actividad productiva; poner en riesgo la vida de otras personas; provocar pérdidas entre los agricultores cuyos productos se pudren en las carreteras y, sobre todo, dejar a los patojos en la ignorancia y el analfabetismo. Todo, menos cumplir con la única responsabilidad que tienen: dar clases. La “dirigencia sindical” tiene tanto que ganar y tan poco que perder que, el país y la juventud, perfectamente se pueden ir por un tubo que a ellos no les importa en lo absoluto.

La verdad es que, como dice el refrán: “no se le puede pedir peras al olmo”. ¿Qué podíamos esperar de dirigentes sindicales que, de acuerdo a los reportes de prensa, están dispuestos a hacer que sus hijos pasen irregularmente de grado? Si hacen eso con sus propios hijos, ¿cómo podemos esperar que se preocupen por una buena educación para el resto de niños del país? ¿En manos de quién está el futuro educativo de la nación? ¿Qué calidad moral tienen aquellos que detentan las posiciones sindicales para servir de guía educativo de nuestra juventud?

El rostro del Che Guevara, que tanto muestran durante las manifestaciones, debe estar acongojado de ver a sus dirigentes proletarios “forrándose” con Q35 millones de quetzales a costa del pueblo de Guatemala. Tanto que alegan de la privatización de la educación y nada dicen de la “privatización” que la dirigencia magisterial ha hecho del sindicato. Y mientras esa “dirigencia” siga así, la educación estatal no tendrá esperanza alguna de mejorar. No nos confundamos pensando que es un problema de falta de fondos para el Ministerio de Educación. Es un problema de un cáncer llamado ANM.

No hay comentarios.: