27 julio 2008

¿Para qué subir la tasa de interés?

José Raúl González Merlo
Miembro de Junta Directiva
CIEN


La Junta Monetaria – JM - lo hizo de nuevo. La semana pasada volvió a subir la “tasa líder” en 0.5% para ubicarla en 7.25%. El Banco de Guatemala pretende enviar la señal a los “agentes económicos” que combatirá la inflación (que ya va por un ritmo de 13.5% anual) a cualquier costo. Sin embargo, encarecer el precio del crédito hará que el remedio nos salga peor que la enfermedad.

La misión del Banguat es buscar “estabilidad de precios”. Ingrata misión en estos dorados tiempos donde el aumento en el índice de precios está directamente ligado a un contexto internacional fuera del control del banco central. Tampoco es que no tengan la “cola machucada”. El año pasado experimentamos un importante crecimiento del crédito y, era de esperarse, que ese aumento en la liquidez, tarde o temprano, se reflejara en inflación. “A lo hecho pecho” - dice el refrán. Lo más importante es ya no agravar la situación.

Pero eso es lo que el Banguat está provocando. Entre enero y junio de este año, el costo financiero promedio ha subido en un 10%. De seguir con esta tendencia, llegarán a encarecer el crédito en un 20% a fin de año. ¿Qué lograremos con eso? Yo creo que, difícilmente, se controlará la inflación a menos que, simultáneamente haya una importante caída en los precios internacionales del petróleo y alimentos. Pero, como eso no está en manos del Banguat, lo que sí ocurrirá es que le complicarán la vida a los usuarios de crédito.

Los proyectos de inversión marginales (los que más dependen de la tasa de interés para ser viables) se dejaran de ejecutar. Con ello, se reducirá el potencial crecimiento económico y la generación de nuevos empleos. Las empresas marginales, aquellas que estén a punto de no poder pagar los intereses, incumplirán en sus créditos y quebrarán. Finalmente, los consumidores marginales tampoco podrán cumplir con sus cuotas y quedarán morosos. Todo esto redundará en una menor tasa de crecimiento y en un deterioro de la cartera de los bancos. ¿Es eso lo que queremos?

Las autoridades del Banguat le dirán, obviamente, que eso no es lo que están buscando; aunque reconocerían que ese es un riesgo que están asumiendo al seguir esta política. Allí es donde, justamente, “el caldo nos saldrá más caro que los frijoles”. Mientras el Banguat continúa creyendo que puede bajar la inflación, lo que hará es provocar una desaceleración económica. Es decir, causar más desempleo y quiebras de empresas.

Las autoridades de la Junta Monetaria deberían entender que dos errores no provocan un acierto. Si inflaron la liquidez el año pasado y estamos pagando ese precio; provocar un aumento en la tasa de interés nos dejará peor: con inflación y recesión… Es un caso típico de que el remedio es peor que la enfermedad. La Junta Monetaria debe recapacitar.

Empresarios y Civismo

Hugo Maul Rivas
Director Área Económica
CIEN

Quien espere que el gobierno le vaya a solucionar todos sus problemas, que consiga una buena silla y se siente a esperar. Aunque podría argumentarse, correctamente, que hay ciertos problemas cuya solución compete directamente a las autoridades y que, por tanto, el ciudadano tiene razón en exigir, la experiencia nos muestra que esa actitud no nos lleva muy lejos. Después de miles de entrevistas, reuniones, grupos de trabajo, visitas de campo, etcétera, en proyectos relacionados con la economía informal, los obstáculos para hacer negocios y el clima de negocios estoy llegando a la conclusión que la principal debilidad para un mejor ambiente empresarial y para una democracia más efectiva no es necesariamente la ausencia de buenos empresarios y políticos bien intencionados; o, de un ambiente económico y electoral competitivo que se oriente a maximizar los beneficios para los guatemaltecos, sino la ausencia de una fuerte cultura cívica.

Problemas que aquejan a la mayoría de empresarios del país, como la criminalidad, la inefectividad del sistema judicial y la precariedad de los derechos de propiedad, entre otros, podrían ser resueltos o mitigados, a nivel local, de forma privada y pacífica a través de la acción de las asociaciones civiles-empresariales. Estas asociaciones podrían jugar un rol importante en la construcción y el mantenimiento del Estado democrático en Guatemala ya que podrían facilitar la transmisión de valores y prácticas cívicas y democráticas a un nivel micro: al nivel de la comunidad, del municipio o el departamento. Lo cual se traduciría en una presión más efectiva para ser tomados en cuenta en el proceso de construcción de la agenda política. El involucramiento de esta pluralidad de voces en la generación de políticas públicas podría ayudar a romper con el caudillismo y clientelismo que hoy existe. Esto es diferente a la idea de un “acuerdo de país” por parte del Estado y grupos armados; o, entre partidos políticos débiles; o, entre el Gobierno y algunos líderes sociales o empresariales. El verdadero “acuerdo de país” parte por contar con una sociedad organizada y que de manera voluntaria llega a acuerdos y genera proyectos de beneficio social. Como bien dijo Robert Putnam, “en la comunidad cívica (…) los ciudadanos persiguen (…) [su] propio interés definido en el contexto de necesidades públicas más amplias, interés propio que es “iluminado” más que miope, interés propio que está vivo para el interés de otros.”

21 julio 2008

¿El gobierno más nefasto?

José Rául González Merlo
Miembro de Junta Directiva
CIEN

El Presidente Colom calificó al gobierno del expresidente Berger como el “más nefasto de la historia del país”. Un inesperado comentario considerando que en la toma de posesión se refería a él en términos más conciliatorios. En todo caso, el Presidente Colom debería seguir aquel sabio refrán que recomienda “no tirar piedras cuando se tiene techo de cristal”.

Las declaraciones del Presidente Colom muestran un alto nivel de frustración. Con seis meses de gobierno no deberían estar a la defensiva ni recurrir a la nueva-vieja excusa de culpar al gobierno anterior. Menos mal que no recibió el gobierno de parte de Alfonso Portillo… si no imagínese qué estaría diciendo. Como quiera que sea, buscar excusas no aliviará la presión que sobre él ejercen las preguntas de los medios de comunicación y de los ciudadanos. Es entendible, comprensible pero inexcusable.

Colom se queja que el gobierno de Berger fue “empresarial (¿?)… dejó deudas y fideicomisos por todos lados… nadie lo fiscalizó ni criticó… es responsable de la violencia que hay en el país…y recibió un trato diferente de la prensa…” Yo no comparto el criterio que el Gobierno de Berger haya sido el más nefasto de nuestra historia. Tampoco lo calificaría como el mejor. Para mí, Oscar Berger simplemente nos sacó del hoyo en el cual nos dejó Portillo. Por ello, creo que es osado hacer esas declaraciones. Especialmente si aún no han entregado y no sabemos en qué estado nos dejarán.

La prensa sí ha sido más crítica con Colom que con Berger. Si eso es lo que lo tiene frustrado, el Presidente necesita superarlo rápidamente. Seguir echándole la culpa a Berger y a la prensa no lo ayudará. Recordemos que Berger se retiró con buenos niveles de popularidad y “presumiendo” de haber dejado la más alta tasa de crecimiento económico de los años recientes. Es poco probable que Colom vaya a entregar el cargo en esos mismos términos por dos razones. La primera es que, por mala suerte, le tocó un ambiente económico global adverso. La segunda es que, frente a ese ambiente, se le ha notado indeciso y equivocado. Pone y quita precios “acordados”, revive y ya no revive viejas leyes agrícolas, se alía con Chávez para endeudarnos más y cree que regalando dinero y subiendo impuestos mejorará nuestra economía.

Alvaro Colom no es responsable del aumento en los precios del petróleo y los alimentos. Pero si es responsable de no empeorar una situación difícil y, por supuesto, de sus declaraciones. Estas últimas fueron muy desafortunadas. Necesitamos que el Presidente Colom se asesore mejor para proyectar una imagen de confianza y dirección. Es lo mejor para todos; especialmente para los más pobres. A nadie le conviene que el próximo califique al “gobierno de Alvaro Colom” como el “más nefasto de nuestra historia”.

Microempresas: Reto Pendiente

Hugo Maul Rivas
Director del Área Económica
CIEN

Mientras el debate nacional se centra en temas como Petrocaribe o la reforma tributaria, es muy poco lo que se sabe, se dice y se hace acerca de los problemas que afrontan cientos de miles de micro y pequeñas empresas para hacer negocios. Aunque no lo parezca, estos empresarios son un pilar de nuestra economía. Si bien su productividad y contribución al valor agregado nacional, individualmente hablando, puede que no sea tan importante como el de las grandes empresas formales, su contribución al empleo y a la sobrevivencia de cientos de miles de familias es de vital importancia para la sostenibilidad del sistema económico. No obstante, y a pesar de ser la mayoría, su influencia sobre la agenda de política económica es muy limitada. Sus necesidades rara vez son tomadas en cuenta en el diseño de la política pública. Aunque algo se ha avanzado en la mejora del clima de negocios e inversión en el país, una gran parte de estas mejoras siguen siendo aprovechadas, mayormente, por empresas formales de mediano y gran tamaño. Las micro y pequeñas empresas, informales casi por definición, siguen siendo ajenas a estas mejoras.

Si bien una mejora en el clima de negocios a nivel nacional beneficia, potencialmente, a todo tipo de empresa, en el caso de la micro y pequeña empresa informal es necesario considerar explícitamente el papel de la política económica local en su desarrollo. Para muchos de estos pequeños empresarios, para bien o para mal, las municipalidades son la única cara visible del Estado. El resto de dependencias gubernamentales, con todos sus grandes objetivos y múltiples regulaciones, rara vez tienen algún tipo de interacción con este tipo de empresas, y cuando la tienen casi siempre es de persecución y castigo. Dado este vacío institucional, buena parte de la mejora del clima de negocios local y regional depende de autoridades intermedias como los alcaldes y gobernadores. Esto se debe, primordialmente, a que la superación de muchos de sus problemas requiere de un conocimiento e información que sólo los afectados y autoridades más inmediatas conocen bien. Si a esto se añade el trabajo conjunto entre comunidad empresarial y autoridades locales y la rendición de cuentas a la comunidad, es posible que no haga falta sentarse a esperar que todas las solucionas provengan del gobierno central. De lo contrario, habrá que seguir esperando y lo más seguro es que poco o nada pase.

17 julio 2008

¿Petrocaribe?

Lisardo Bolaños Fletes
Investigador Asociado
CIEN

¿Qué NO es? Petrocaribe no significa petróleo, gasolina o diesel más barato.

¿Qué SÍ es? Es un mecanismo de endeudamiento del Gobierno de Guatemala con el Gobierno de Venezuela. Esto significa que el Gobierno de Guatemala puede acceder a crédito a través de la compra de petróleo.

¿Cómo funciona? La idea, a grandes rasgos, es la siguiente. El Gobierno de Guatemala le compra el petróleo a Venezuela, para luego venderla a expendedores privados. Con el dinero recibido, el Gobierno paga el 50% al Gobierno de Venezuela. El otro 50% lo toma como un préstamo.

¿Qué cosas positivas tiene?

Considero que la más importante es poder sustituir deuda cara por una más barata, con tasas de interés del 1%.

¿Qué cosas negativas podría tener?

1. Baja calidad del combustible. Se ha mencionado, por un exdirectivo de Petroleos de Venezuela, que el producto que recibiríamos de Venezuela es de baja calidad, debido al alto contenido de azufre. Esto podría afectar el motor de los automóviles que empleen el combustible proveniente de Venezuela.

2. Desperdicio de recursos (corrupción). El Gobierno actual ha ofrecido recursos adicionales a las Municipalidades, los cuales provendrían del endeudamiento vía Petrocaribe. Cabe señalar que la mayoría de las Municipalidades de Guatemala se han caracterizado por NO ser transparentes, probas y realizar las inversiones que los veicnos necesitan para mejorar su calidad de vida. Además, estoy seguro que muchos lectores habrán tenido la experiencia de ver cómo muchas personas que llegan a ser autoridad municipal “mágicamente” amasan fortunas considerables. Con los recursos de Petrocaribe, no habría razón para que ello no ocurra a mayor escala.

3. Desconfianza en los sistemas de control. Si las autoridades municipales presionan a los Diputados para aprobar el convenio de Petrocaribe, es porque están buscando beneficiarse de dichos recursos. Y es muy probable que los Diputados accedan porque les conviene mantener contenta a dichas autoridades, que mantiene contacto estrecho con los votantes. Sería poco creíble, por lo tanto, que los Diputados establezcan mecanismos de control para vigilar a los Alcaldes. Confiar en que el Ministerio de Finanzas Públicas o la Contraloría General de Cuentas lo harán es todavía menos creíble.

4. Por último, creo que podría dañar las relaciones que mantenemos con Estados Unidos. Debemos tener en cuenta que ello podría afectar la entrada de productos que nosotros les exportamos, así como podría implicar el recrudecimiento de la política migratoria, afectando así la recepción de remesas.

14 julio 2008

Petrocaribe Otra Vez

Hugo Maul Rivas
Director del Área Económica
CIEN

Según la teoría económica básica, el tipo de ajuste que se requiere ante perturbaciones transitorias es muy diferente al ajuste ante perturbaciones permanentes, y de confundirse uno por el otro, los costos pueden resultar muy altos. Toda perturbación que afecta negativamente el poder adquisitivo requiere un ajuste en el consumo. Cuando la perturbación negativa es transitoria, es decir, cuando la misma desaparece después de un tiempo, el nivel de ajuste es menor al que se requiere cuando la perturbación es permanente.

En términos de consumo, no es lo mismo estar desempleado por una semana que quedar desempleado permanentemente. En el primer caso, el endeudamiento es una estrategia para no sacrificar grandemente los niveles de consumo presentes. En el segundo caso, salvo que se reciba algún regalo, el ajuste debe ser drástico e inmediato. El endeudamiento durante un período de “vacas flacas” se justifica si luego, en el período de vuelta a la normalidad, se puede generar un ahorro para repagar la deuda. Cuando la perturbación negativa es permanente, como puede ser el caso con el precio del petróleo, no hay posibilidad de utilizar el endeudamiento como un mecanismo para evitar el ajuste en el consumo ya que las posibilidades de repago serán cada vez más complicadas.

El hecho de tener financiamiento barato no libera al gobierno de la necesidad de ajustarse ante la desmejorada situación macroeconómica. Aunque los términos del financiamiento sean muy blandos, Petrocaribe es, al final de cuentas, más endeudamiento. Y dado que la decisión de endeudarse no es sólo función de la tasa de interés y el plazo, sino también del destino de los recursos y la capacidad futura de pagar la deuda de regreso, habría que estar muy atentos al destino que se le dan esos recursos. Es de crucial importancia que el gobierno no pretenda expandir el gasto público bajo el amparo de dicho financiamiento. La necesidad de mejorar la calidad y eficiencia del gasto público, de mantener el déficit fiscal limitado a su mínima expresión, cuestiones que, dicho sea de paso, también manda el Pacto Fiscal, son la única garantía de que los fondos derivados de Petrocaribe no pasen a engrosar las filas de decenas de préstamos internacionales que no han tenido ningún impacto social, pero que sí se estamos hoy pagando con nuestros impuestos. Petrocaribe no exime al gobierno de la necesidad de ajustarse ante una perturbación negativa permanente, como tampoco de los costos de confundir un cambio permanente con uno transitorio.

Examen de conciencia en la prensa

José Raúl González Merlo
Miembro de Junta Directiva
CIEN

Toda la prensa independiente debe hacer un permanente examen de conciencia respecto al profesionalismo que se debe exigir a sí misma en el ejercicio de su función. La responsabilidad de los periodistas es tan alta que debemos actuar a la altura de lo que debería ser un ejercicio responsable de nuestro derecho constitucional a la libertad de expresión.

El lunes pasado el Periódico realizó un “reportaje investigativo” sobre supuestos conflictos de interés y posibles delitos en la adjudicación de locales comerciales en el aeropuerto La Aurora. Sin embargo, el miércoles de esa misma semana tuvo que publicar una inusualmente larga aclaración por parte de las personas directamente afectadas por el reportaje. El contenido de la refutación denota graves errores en la labor periodística.

No es la primera vez que eso ocurre; y tampoco es algo que se le pueda atribuir exclusivamente a el Periódico. Todos los medios escritos, radiales, televisivos o electrónicos adolecen de una aparente falta de control de calidad ya que, de vez en cuando, se producen ese tipo de errores. El reportaje en cuestión ha sido simplemente el último de esos graves vicios. Así como la reciente explosión de un contenedor de gas provocó muerte y lesiones a varias personas, cuando se trata de las víctimas de la prensa, estas no se cuentan en vidas humanas sino en reputaciones irreparablemente dañadas. Esto no debe seguir ocurriendo.

Los periodistas gozamos de un fuero especial que protege nuestra labor. Pero así como en determinado momento se critica el fuero especial que puedan tener ciertos funcionarios públicos, el fuero periodístico debe servir como una protección a la libre expresión del pensamiento; no como un escudo de impunidad contra la negligencia profesional. La pregunta es ¿qué harán los directores y jefes de redacción de todos los medios para garantizar que esto no siga ocurriendo? La respuesta debe ser dada a lo interno de cada uno de ellos aunque, aparentemente, la costumbre ha sido no hacer nada.

Desde la política, pasando por la vida nacional y terminando en el deporte, nuestros medios de comunicación denotan indolencia respecto a los graves errores que los periodistas cometemos a diario. ¿Tienen los medios políticas para prevenir que esas cosas pasen? Y si pasan, ¿hay sanciones? Paradójicamente, el Periódico era el único medio que tenía al “defensor del lector”; sana práctica de autocrítica que ha abandonado.

Quedará en manos de la prensa “auto-depurarse”. La tentación para que sea el gobierno quien “regule” este tipo de situaciones nunca conviene ya que, inevitablemente, termina siendo excusa para censurar la libre expresión del pensamiento. Dado que nuestra labor es tan importante, tanta más razón para que la tomemos con seriedad y profesionalismo.

07 julio 2008

Petrodeudas

José Raúl González Merlo
Miembro de Junta Directiva
CIEN

El Gobierno oficializó sus intenciones de ingresar al programa que Hugo Chávez ha denominado Petrocaribe. Mediante el mismo, el Estado de Guatemala pretende comprar derivados del petróleo en condiciones crediticias muy favorables. Como se está endeudando a la nación, el programa debe ser aprobado por el Congreso previa opinión favorable de la Junta Monetaria. Los diputados y el Banguat deben rechazar inmediatamente estas nuevas intenciones de endeudar a las futuras generaciones de guatemaltecos.

Petrocaribe es una oferta demasiado tentadora como para que nuestros gobernantes la dejen pasar. Si bien es cierto, Chávez no nos está dando ningún descuento en el precio de las gasolinas, los combustibles serían vendidos a crédito; a un plazo de veinticinco años, con una tasa de interés del uno por ciento anual. Los medios de comunicación han estimado que el ritmo de endeudamiento puede ser de ¡once millones de quetzales por día! Según ellos, a ese paso, la deuda externa podría crecer en un 13% de un solo plumazo. ¿Qué político, en el poder, ha podido rechazar una oferta de tanto dinero barato? ¿Qué gobernante dejaría pasar esa gran oportunidad para aumentar el gasto público?

Ese es el gran peligro de Petrocaribe. La excusa es perfecta. La “generosidad” de Hugo Chávez (dicho sea de paso, con el dinero de los ciudadanos venezolanos), le permite al gobierno de Colom endeudarse en condiciones muy “favorables”. No se ha dicho específicamente en qué se gastará la plata pero tampoco importa. Teniendo la plata, siempre se pueden inventar cualquier programa social que sea “indispensable” ejecutar. ¿Bonito no? El gobierno quiere endeudar a los patojos que todavía no han nacido pero no saben para qué van a usar los fondos. No me sorprende. Gastar nunca ha sido el problema. Para eso son especialistas los políticos. El problema será cuando los ciudadanos enfrenten la realidad y tengan que comenzar a pagar la deuda pública por la vía de los futuros incrementos de impuestos.

“Pan para hoy y hambre para mañana” – reza, sabiamente, el refrán. No hay atajos en el desarrollo económico y social de los ciudadanos. Los países nunca se han desarrollado en base al endeudamiento externo. Al contrario; la deuda generalmente ha sido un lastre que los ha preservado en la pobreza. Guatemala no debe cometer esos graves errores. No nos engañemos. El dinero “fácil” no es fuente de prosperidad; independientemente de las “necesidades” que querramos atender con el mismo. Guatemala no necesita comprar combustibles al crédito. No caigamos en la trampa que nos han tendido. La Junta Monetaria debe librar la batalla para dar un dictamen desfavorable y los diputados deben detener inmediatamente este nuevo intento por endeudar a los guatemaltecos.

Petrocaribe

Hugo Maul Rivas
Director Área Económica
CIEN

Acuerdo costoso de entrada y costoso de salida. Mucho proclama Chávez la solidaridad entre los pueblos latinoamericanos, pero cuando se trata de vender “su petróleo” se comporta como el más grande de los explotadores. Pudiendo sacrificar parte de sus jugosas ganancias razonable, prefiere ofrecer complicados antes que reducir un centavo el precio de su producto. Por más que se diga que sólo hay que pagar la mitad del valor de la factura al contado, el precio que se paga por ese combustible es un precio competitivo y, por ende, debe venderse al consumidor a un precio similar al que ya se paga, salvo, claro está, que el gobierno decidiera “regalar” el 50% restante que debe pagarse después. Por supuesto, tal actitud sería equivalente a creer que “pidiendo fiado” se compra más barato que pagando al contado. Nada de eso, el precio es el precio y si no se paga hoy se pagará mañana, y con intereses.

Otra confusión respecto de este arreglo con Petrocaribe es la supuesta disponibilidad de cientos de millones de Quetzales que tendría el gobierno. El hecho que Chávez se contente con recibir de contado el 50% de la factura no implica que el gobierno pueda hacer lo que se le plazca con el 50% restante que recibiría contante y sonante por parte de los consumidores. Si lo que se busca es expandir el gasto público entonces deberíamos estar discutiendo acerca de la necesidad, transparencia y eficiencia de dicho gasto, no estar discutiendo nada acerca de los combustibles. Desde esa perspectiva el acuerdo con Petrocaribe sólo oscurece un asunto muy sencillo: endeudar más al país sin una buena justificación.

Si se ahorrara el 50% que no se está pagando de contado y se invirtiera en algún instrumento financiero confiable y rentable, suponiendo que tal opción existe, podría haber entonces alguna liberación de recursos para el gobierno. Claro está, restando antes lo que cuesta el acuerdo con Petrocaribe, ya que por más “bondadosas” que sean las condiciones igual hay que pagar los intereses de la deuda. Demás está decirlo, los montos que se liberarían con este esquema son apenas una minúscula fracción de los montos millonarios que hoy se manejan. En ausencia de este esquema de ahorro, Petrocaribe más que liberación millonaria de recursos es una clara promesa de millonarios impuestos en el futuro. El asunto sencillo, al menos para los que no somos “entendidos” en la materia: combustibles caros el día de hoy a cambio de impuestos altos el día de mañana. Costoso de entrada y más costoso de salida.